NO SE TU, PERO YO CUIDO MI JARDIN ¡¡¡

Me pareció muy propicio comenzar de año limpiando el jardín, cuando queremos cultivarlo, abonarlo, llenándolo de lindos capullos.

En esta ocasión para buscar el Equilibrio, abordaremos el tema de nuestro comportamiento humano, el cual nos hace incurrir en una cadena de desafueros, unas veces significativos, otras veces banales.
Tus errores son vistos por tus hijos quienes son la semilla que florecerá en tu jardín. Así que comienza a corregirte tú y aún más si te corresponde esa la parte esencial, ser la cabeza de familia.
Debes saber que no somos perfectos y que tampoco tenemos el poder de solucionarlo todo, puede resultar un trabajo arduo cavar las fosas, enterrar las semillas, regarlas, elegir un área donde tus plantas recibirán luz apropiada, preparar la tierra con nutrientes que puedes otorgarle a través de abono natural hecho en casa.
Es importante no apretar el suelo de tus macetas, principalmente para permitir el paso del agua y oxígeno. Esto indica que muchas veces nos convertimos en padres recargados de niños demasiado programados piano, pintura, inglés, fútbol, informática, piscina, danza con demasiadas actividades sin dejar tiempo para relajarse o jugar.
Comienza a auto observarte, existen diferencias en tus hijos algunos resisten mejor estas rutinas de vida, ya sea por personalidad, necesidades especiales o características específicas; y otros que prefieren ser parlanchínes, amorosos, cariñosos, más sociables o que tengan muchas cosas semejantes a ti o tal vez heredó tus miedos.
Considera el lugar donde vives, para que tengas mejores frutos, explora los elementos del medio que te rodea, instrúyete para identificarlos, aprovecha los recursos que puedas controlar, las capacidades y habilidades que se poseen, actividades que se desarrollan positivamente en el entorno, así como también las debilidades, y oportunidades que te ofrece y utilízalos para cultivarte, bien sea escuela de música, pintura, instituciones disponibles, recursos de los que se carece, habilidades que no se poseen, actividades que no se desarrollan positivamente, plantea tus cultivos de acuerdo al espacio que tengas disponible.
Una de los dificultades habituales cuando criamos, ya sea a niños chicos, escolares o adolescentes, son las plagas, esos problemas o diferencias propios de la pareja que terminan por contaminar el espacio de nuestra crianza, transformándolo finalmente en una huerta de hostilidad donde nos terminamos tirando dardos, en vez de buscar soluciones pacíficas.
Las consecuencias de la falta de límites en tu jardín, tus flores crecerán débiles, eso implica que hay que enseñarles lo que es o no correcto, a aceptar cuando se les dice que no a algo, a ser pacientes y esperar y enseñarles lo que es la frustración y cómo dominar esa sensación.
Por último tus hijos estarán mejor preparados para resistir maltrato en diferentes situaciones de enfermedades si están plantados en condiciones que les sean favorables como una educación, basada en el respeto, en la disciplina y la práctica de la higiene. Esto significa que hasta la más ligera lluvia de amor que utilices para tratarte a ti y los problemas que se presenten se para que los cultivos empiecen a crecer.

Espero que esta pequeña clase de huertos familiares te ofrezca un aumento en la germinación de tu semilla.