Después de largos días, llenos de rutina, estrés, aburrimiento, deudas, pagos, problemas... claramente sabes que necesitas descansar y despejar tu mente, aunque sea un poco. Posiblemente seas de los que disfrutan viajar hacia un mundo lleno de árboles, pinos, aves, viento, lagos y tranquilidad.
Pocos son los afortunados que con sólo dar unos pasos saliendo de su casa, están dentro de tan maravilloso lugar y pueden disfrutar de esa tranquilidad. Incluso algunos no saben de la dicha en la que viven, tal vez porque no han estado el tiempo suficiente entre el bullicio de vivir y convivir con demasiadas personas, la contaminación y el ruido, ruido ... ruido, etc. Incluso los que están a varios minutos en auto también son afortunados. Claro, siempre y cuando lo sepan valorar y respetar. Y no sean de los que temen algunas leyendas sobre seres mágicos o sobrenaturales que abundan dentro de esos laberintos boscosos. Aunque... de eso hablaremos en otra ocasión, todo depende desde el punto de vista de quien lo mire.
En fin, regresemos a lo relajante que resulta un bosque. El cual deja nuestra mente dentro de una paz inigualable. Donde la naturaleza nos acompaña con el sonido del viento entre las ramas de los árboles y los animales viven en plena libertad dentro de ese paraíso. Convirtiéndonos en espectadores de las maravillas de este mundo.
Además, si se puede compartir esa calma, con alguien especial, es aún mucho mejor. Puede que nos acompañe nuestra querida mascota, nuestra familia, nuestras amistades o... ya tendrás en mente quién sería esa perfecta compañía.
Así que ya lo sabes, si necesitas un tiempo de tranquilidad, ya sea para ti o para compartir, hacer una visita a la naturaleza es bueno para tu mente, ayuda mucho para aclarar las ideas y analizar algunas problemáticas que tal vez lleves cargando en tu interior. Sólo te pido que siempre recuerdes dar un buen ejemplo cuidando de ella y de las especies que viven a su alrededor.
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