Perseverancia, Constancia.
Una parte de mi vida…
En 1992, regresaba de la Academia Militar donde cursé estudios, me inscribí en la Universidad, en la carrera de Administración Comercial, trabajaba y estudiaba, en esa época mi familia disfrutaba de cierta holgura económica, razón por la cual no fui muy apegado a los estudios, trabajaba desde muy joven, y a pesar de no necesitar el dinero para vivir, trabajaba por que me gustaba mi “independencia” económica.
En el año 1994 hubo una debacle financiera, varios bancos fueron intervenidos, el banco donde mi familia tenía su dinero también cerró, ya no disfrutábamos de esa posición económica que nos daba tranquilidad.
Seguí trabajando, ahora si era para mantenerme, todavía me faltaban 3 años de carrera en la universidad, sin embargo, la prioridad era trabajar, ya que sin trabajo no había cómo pagar los estudios, no fue fácil, a pesar de que no tenía otras obligaciones, mi tiempo se distribuía entre mi trabajo y mis estudios, a veces no tenía tiempo de estudiar, o al llegar a casa después de las 10 de la noche me ponía a estudiar, sin embargo me quedaba dormido por el cansancio,
De esta manera, inicié toda una campaña, era joven y quería conocer el mundo,, quería graduarme para conseguir mejores trabajos, sin embargo, estaba claro que si no producía los recursos para pagar mis estudios entonces no podría terminarlos.
Un día, la empresa donde trabajaba cerró sus puertas, quedé sin empleo ya empezado el semestre, por más que busqué no conseguí nada que valiera la pena, tuve que abandonar el semestre, varios meses después, cuando por fin conseguí un trabajo, no pude inscribirme en la universidad ya que el semestre estaba por la mitad, acababa de perder un año entero, seguí trabajando y guardé dinero para mis estudios.
En el siguiente semestre me inscribí, pero luego de los primeros exámenes, me enviaron a otra ciudad para un curso, luego tuve que quedarme casi un mes para entrenamiento como supervisor, cuando volví no pude ponerme al día en las materias y perdí otro semestre.
Cuando empezaron las inscripciones, metí 8 materias (una carga muy ambiciosa para alguien que trabajaba y estudiaba), esta vez me enfermé y falté a varios exámenes, no abandoné, seguí adelante, de repente, renuncia el gerente de otra ciudad y mi jefe decide darme la “oportunidad” y me envían a esa oficina, entre mi nuevo puesto, la distancia y las nuevas responsabilidades, no me quedaba tiempo para nada, congelé el semestre.
Pasaron casi dos años, no había podido seguir mis estudios, pero una cosa tenía bien clara: Voy a graduarme. Nunca me ha gustado “quedarme quieto”, siempre he tenido aspiraciones. Seguí trabajando y aprendiendo de mis éxitos y fracasos. Un día le comenté a mi jefe que quería continuar mis estudios, negocié con él mi horario de trabajo y llegamos a un buen acuerdo, de hecho la empresa me cancelaría la mitad de la matrícula siempre que mantuviese un promedio superior a los 16 puntos (en base a 20), en caso contrario me los descontaría de mi paga.
Me emocioné mucho, había ganado la oportunidad de terminar mi carrera, inicié un nuevo semestre, lleno de mucho entusiasmo inscribí 4 materias, esta vez no quería correr riesgos, adivinen qué?, pues sí, pasé las materias y con buen promedio. Cursé un nuevo semestre, tomé la misma cantidad de materias y también las aprobé todas. Por fin había avanzado un semestre completo.
Ya retomado el ritmo de mis estudios, tuve una inspiración, me propuse algún día ser profesor universitario, mis compañeros no me creyeron ya que no he sido un alumno muy regular o normal, sin embargo me fijé la meta.
Estaba bastante estable, económicamente podía pagar mis estudios y mantenerme, me casé y a los pocos meses supimos que ella estaba embarazada, a principio vivíamos en casa de mis padres, me apoyaron mientras reuníamos para la inicial de una casa, sin embargo, las cosas no salieron muy bien, tuve que buscar una casa alquilada y mudarnos, estábamos muy apretados y era incómodo vivir así, por supuesto ya el presupuesto no daba para mucho, apenas pagaba el alquiler y las cuentas, tuve que suspender mis estudios una vez más. Mi esposa estaba en el último semestre de su carrera y decidimos que ella terminaría primero y luego lo haría yo.
Fueron tres largos años durante los cuales no pude estudiar, mi hija crecía y con ella las necesidades también, mis prioridades habían cambiado, sin embargo nunca las desestimé.
Seguí trabajando y buscando otras oportunidades mejores, sin embargo no tuve éxito. Me inscribí nuevamente en la universidad, el siguiente semestre, luego de los primeros exámenes, se me dañó el vehículo, el cual para mi era importante para trasladarme a mi sitio de trabajo y también a la universidad, había metido 5 materias, pedí dinero prestado para arreglarlo, sin embargo no quedó muy bien, llegaba tarde al trabajo y estaba perdiendo clases ya que se me hacía muy difícil llegar a tiempo de pasajero. Los resultados fueron catastróficos, perdí el semestre y tuve que dejar de cursar dos semestres seguidos para recuperarme financieramente.
Me dediqué al trabajo en ese tiempo, hubo una oportunidad de volver a mi ciudad, no cómo gerente, sino como analista de mercadeo, como estaba en mi área decidí aceptar.
Ya en la oficina principal, estaba cerca de mi casa y más cerca de la universidad, mis gastos se redujeron y pude iniciar un nuevo semestre, dos materias, luego tres, poco a poco iva avanzando, cambiaron el pensum de estudios y baje un semestre, continué.
Un día revisando la prensa, vi un aviso donde solicitaban un gerente de ventas, fui y llevé mi curriculum, entrevistaban de una vez, me tocó esperar hasta casi el mediodía, por fin entré, me sentí como pez en el agua, tenía mucha confianza y el área o servicios que prestaba la empresa lo dominaba a la perfección, finalmente me dieron el paquete de beneficios mientras me citaban para las pruebas médicas pre-empleo, lo logré, por fín un buen trabajo con excelentes beneficios. Debía esperar una llamada para la cita final, pero pasaron los días y no me llamaron, decidí presentarme en la empresa y cuando llegué, cual fue mi sorpresa?, le dieron el puesto a otro por que yo no estaba “graduado” y era un requisito imprescindible tener un título universitario, pesaba más incluso que la misma experiencia laboral. Para mí fue como un balde de agua bien fría, casi caigo en shock, me fui de la empresa y caminé hasta mi casa mientras pensaba qué iva a hacer y cómo pagaría mis deudas, estaba devastado.
Luego de pensarlo un par de días, decidí actuar, decidí que no volvería a perder una oportunidad como esa, debía hacer lo que fuera para terminar mi carrera, así lo hice, evité gastos y me sacrifiqué un año más, finalmente me faltaban 6 materias y la tesis, pague mis estudios haciéndole trabajos a mis compañeros, dando clases a alumnos de semestres medios, mi esposa me tuvo que prestar parte de sus utilidades para inscribir la tesis, finalmente, luego de trece (13) años de haber iniciado la carrera, me gradué, estaba muy orgulloso de mis esfuerzos y sacrificios, logré mi meta.
La historia no queda ahí, una vez lograda mi meta, venía el acto de grado, era sumamente costoso, aún así quería darle esa satisfacción a mis padres, sin embargo mi papá estaba en edad muy avanzada y se quedaba dormido de nada, mi mamá ya no caminaba, me puse a averiguar para hacer una maestría (post grado) y me resultó más económico inscribir estudios superiores que ir al acto de grado, como mis padres no podrían asistir decidí mejor continuar otro nivel de estudios. Las cosas indudablemente mejoraron, y mucho más después de la maestría.
Hoy en día soy profesor universitario y en mis clases hablo de los valores, cuando me toca hablar sobre el valor de la Perseverancia, les cuento esta historia, algunos no la creen, otros se admiran por los esfuerzos y el tiempo en que tardé en cumplir mis metas, en los ojos de muchos de ellos veo la chispa que yo también tenía cuando estaba de ese lado del salón, en el pupitre y no dejo de motivarlos a que continúen, a que nunca se den por vencidos, que por muy cuesta arriba que se puedan poner las cosas, cuando llegamos a la cima, cuando alcanzamos nuestras metas… la vista es maravillosa!
FJJRG 20-02-2015