Soy paraíso y soy infierno.

He llegado a una conclusión, y es que no nací para que me sucedieran cosas buenas. Me pasan de esas que duran poco, que te hacen pensar que al fin eres una persona merecida.

Pero ya caí en cuenta:

Cosas buenas no le pasan a gente como yo. Que se ha cansado de cometer errores, de desperdiciar oportunidades, de hacer daño a quien una vez le quiso.

En conclusión, esas cosas buenas y perfectas que le ocurren a gente buena y perfecta como tu, no le ocurren a gente tan imperfecta… como yo.

Quizás todo es merecido, quizás por fin comprendí el significado del “Karma“, que no importa cuánto yo cambie, cuánto yo corra, siempre encontrará la forma de hallarme, siempre me alcanzará. Quizás aprendí, que así será toda mi vida; solitaria. Y que por eso me tocó aprender a quererme a mi mismo; la vida preparándome para pagar mis errores del pasado.

No te enamores! –me dijo la vida-. Ya es tarde! –le conteste-. Yo nací para querer, esperando ser querido, a un amor de esos bonitos, un amor correspondido.

Al final de cuentas, yo no soy tan malo como dicen, pero tampoco tan bueno como muestro. Estoy entre merecer todo lo que me pasa y al mismo tiempo no merecerlo. Soy paraíso y soy infierno, y debo aprender a lidiar con ello.