Para el hombre de mi vida.

Te odio. No te quiero ver. Aléjate.

Hola.

Lo fuimos todo. Fuimos, algo pasado, que terminó, algo que se fue y no va a volver. Me enamoré, no sé si muy pronto, no sé si muy rápido, no sé si muy fuerte, no sé, sólo sé que cuando te vi bajo la luz de las estrellas me enamoré de ti. No me malentiendas, esta no es una carta para rogarte nada, ya dejé de extrañarte, dejé de extrañar tus besos, tus caricias, dejé de extrañar tu cuerpo. Tal vez te extraño, tal vez no, quizás solo extraño los momentos que estuvimos juntos. Estoy segura que tú te sientes libre, que por fin ya no tienes a alguien que te enfada las 24 horas del día, y me alegro por ti. Hay tantas cosas que quisiera decirte y al mismo tiempo, no sé qué escribir, posiblemente si te tuviera de frente mis manos temblarían y mi corazón se detendría por unos segundos. A veces recuerdo todo lo que fuimos y también me pregunto en qué momento terminó todo, sería una mentira decir que me alegra que ya no estés en mi vida, pero también mentiría si te digo que hubiera preferido que te quedaras, aún así, te mereces a alguien que sepa hacerte feliz, si te soy sincera, me hubiera encantado poder ser esa persona y desgraciadamente no soy digna de ese privilegio.

A lo largo de la vida aprendemos que nada dura para siempre, las cosas pueden cambiar en un abrir y cerrar de ojos y los lugares, las personas, los momentos pueden convertirse solo en recuerdos, no podemos quedarnos estáticos en cada cosa, ni mucho menos regresar el tiempo. Solo nos queda vivir, reír, soñar, amar sin límites sin poner ningún tipo de condiciones.

Sé que estás con alguien más, y aunque de principio dolió, ya dejó de importar. Hoy estás con ella y solo quiero que recuerdes algo: acuérdate de amarla. Tómala entre tus brazos, mírale directo a los ojos y hazle saber que siempre estarás con ella, hazla sentir la mujer más amada del mundo, pero por favor, no le hagas sentir como me hiciste sentir a mí. No todos te aguantarán como lo hice yo, no todos te llorarán de la manera en que yo lo hice, aprende a valorar lo que tienes porque fuera de esa armadura de hierro las gotas seguirán cayendo, la vida seguirá pasando y las personas comenzarán a irse.

Si la tienes contigo, bésala muy fuerte y hazme recordar porqué la preferiste a ella.