Estando en la azotea, lugar donde he sentido la soledad traspasar mis huesos, donde vengo a recordarte, a mirarte a través de los ojos de la luna, para tener un espacio breve y conversar con ella, donde el silencio hace demasiado ruido en mi cabeza.
La ví teñirse de rojo carmesí casi no quiso hablar, sólo llorar...
Apenas me susurró que tenía un dolor intrínseco en su alma.
Fueron sus profundas lágrimas, su dolor, las que causó ese color tan vivo...
Sus palabras su dolor y desamor
La ví en el cielo pero no tenía el mismo brillo, no era su lúcidez, en sus ojos no veía futuro solo tristeza y soledad, había perdido la mirada, su gracia, la risa.
Dijo que estaba hérida, y que ya se perdería, pues su gran amor moría, él se ha marchado, la ha olvidado, todo ha terminado, la comprendí porque lo vivi, justamente fué lo que quise contarle lo que mi alma calla lo que el sentimiento mata.
Creo que no me escuchó pero lo interpretó al mirarme fijamente a los ojos, éstos que son la puerta del alma y a su vez me delatan.
Ella me conoce sólo al verla le trasmití todo mi sufrimiento, porque mi amor también estaba muriendo lo mató el enojo, las mentiras la inseguridad el ego.
Lo único que pude escucharle, a duras penas, con voz de agonía, fueron pequeñas palabras con gran sabiduria, dijo entre el llanto, con todo los dolores en la vida, que el amor es lo único que nos salva de una muerte sin vida.
Solo insistía porque así lo definiría, que éste hermoso amor nunca acabaría, pero en definitiva lo dejaría ir asi como la noche al día.
No estuvo de acuerdo porque sabe lo que se sufre al ser noche sin luna sin amor
Ella me dio la espalda
Apenas la escuche pronunciar me dijo que estaba loca, que me volví cuerda en el mundo de iguales, ella me quería porque era diferente
dijo le demostré lo contrario.
La mire atentamente y le dije espera no soy normal, solo que ya fue suficiente
Los valientes y amantes vivimos con la tristeza dentro pero nunca perdemos la esperanza de creer en el amor, así lo veamos en otros
Siguío colorándose hasta perderse en la inmensidad de la noche.