“Podemos decir que en los próximos veinte años, utilizar la información del genoma humano directamente nos podrá permitir una rápida mejora en el tratamiento de la mayoría de los cánceres. Porque el cáncer es siempre un cambio en el ADN. Es una mutación o un conjunto de mutaciones que hace que las células ignoren las señales, ignoren el plano del arquitecto y se dividan sin control”
JOHN SULSTON
PREMIO NOBEL DE MEDICINA, 2002
Autor de la decodificación del genoma humano
Los modelos que involucran curvas y superficies “suaves” tienen una gran ventaja: son susceptibles al análisis matemático. La geometría que hoy se utiliza cotidianamente y que se enseña en el colegio, fue inventada hace 2500 por Euclides, y recurre a elementos representativos como la recta y el círculo, que permiten estudiar objetos con bordes y caras “suaves”.
Sin embargo, la observación más simple del mundo real arroja como resultado que esa abstracción “suave” tiene poco que ver con las exquisitas formas naturales. Una montaña no es un cono perfecto con una superficie tersa y suave, y una nube no se parece a una suave elipsoide ideal. La costa de una isla y el rayo en una tormenta son otros ejemplos de fracturas de la “suavidad” teórica de la geometría euclideana.
Es necesario contar con otro tipo de curvas, con estructuras de mayor complejidad, con multiplicidad de arrugas, circunvoluciones e irregularidades en distintas escalas. Estas formas son los fractales y la geometría tradicional no sirve para tratarlos y es necesario desarrollar otra clase de geometría.