Hoy en la mañana, mi amigo Juan Pérez, un señor de 62 años, se dirigía con una carpeta bajo el brazo, desde la plaza Bolívar para el Ministerio de Transporte y Comunicaciones, buscaba los operadores de los equipos electrónicos, autorizados por el gobierno, para censar los vehículos, acatando el llamado realizado por el Gobierno para sacar el Carnet de la Patria.
No estaban en la plaza Bolívar y me pidió un aventón hasta el Ministerio de Transporte y Comunicaciones, le aclaré que particularmente no censaré mi vehículo, pero respeto su decisión.
Entonces le pregunté:
¿Y qué vehículos posee usted Señor Juan?
Y me respondió:
Ninguno de mi propiedad, tengo los que uso normalmente. El de Fernando y el de Lola. En esta carpeta llevo los documentos y la autorización de los propietarios para censarlos. Es más, amiga , una vez censados esos vehículos, le escribiré al Presidente Maduro y le explicaré, que en el caso del combustible, no tendrá que importar gasolina ni mucho menos refinar petróleo para encender el motor y echar a andar estos vehículos son totalmente ecológicos. Sólo me tendrá que suministrar 2 platos bien resueltos de Guasinetti semanal y le hago el recorrido los 7 días de la semana desde Parque central a prados del este y todavía, me quedará combustible para llegar a mi residencia.
Me quedé en silencio, lo dejé en el MTC y luego dije para mis adentros:
Hasta razón tiene.
Nada funciona mejor que un vehículo a tracción de sangre. Lo que tienen que hacer con el carnet de la desgracia es metérselo por el orificio en donde la espalda pierde su digno nombre.