Era un día escolar de octubre como muchos otros, la campana había sonado y los alumnos estaban en sus aulas, a excepción de dos. Ambos adolescentes habían ansiado ese día, lo habían planeado por mucho tiempo, y ese día ejecutarían su oscura fantasía, pues por mucho tiempo, en ese instituto no habían experimentado nada más que dolor, y decidieron que ya había sido suficiente. Vistiendo uno un suéter verde y el otro uno rojo, agarraron sus rifles de asalto y entraron en la institución con el objetivo de vengarse de la vida derramando la sangre de culpables e inocentes por igual. Aunque usaron silenciadores para evitar llamar la atención al momento de cobrar las vidas de unos chicos que estaban conversando en el pasillo, una entidad misteriosa pudo percibir desde la distancia la esencia de la muerte en ese lugar, llamando su atención de forma irremediable.
Los dos tiradores pasearon entre los pasillos matando a todo aquel que se cruzara en su camino y como los disparos eran silentes, nadie se alarmó. El joven de suéter verde, quien era el cerebro del dúo, activó la alarma de incendio para que todos evacuaran al gimnasio y guiarlos como corderos hacia el matadero, pero además de la alarma, el joven escucho algo más que robó su atención. Una melodía tocada por un violín se escuchaba con más claridad que la alarma, y como si fuera un canto de sirena, el muchacho la siguió separándose de su compañero. Al momento de entrar al salón de música, la alarma se había enmudecido y solo se podía escuchar al violín que era tocado con gran pasión y talento por una figura cubierta por una capa azul marino. Sus movimientos eran tan rápidos y violentos que el violinista parecía estar poseído, las notas rápidas eran interrumpidas por lentas abruptamente y viceversa, era una canción agresiva y audaz pero a la vez romántica y apasionada. En ese momento, el joven deseó tener ese talento, pues no tenía ninguno más que el de manipular, en vez de haberse dedicado a desarrollar un talento o disciplina, solo podía pensar en las cosas que otros tenían pero él no.
--¡Y eso, mi querido público, fue “El Trino Espectral”! Mi propia reinterpretación del trino del diablo de Giuseppe Tartini-- dijo el violinista al terminar su demencial canción y dándose la vuelta.
El joven asesino despertó de su trance y se percató de la extraña apariencia del desconocido, además de la capa, el hombre delgado usaba una sonriente máscara demoníaca con tres ojos y vestía ropa negra con una corbata de émbolo con una piedra roja, otro objeto que quería tener.
--¿Quién eres?-- preguntó el joven amenazando con el arma.
--Soy aquello que se aparece delante de ti, soy eso que ves de mí, soy un hombre con una máscara, pero si lo prefieres, me puedes llamar, El Espectro-- dijo el extraño con una voz que resonaba en todo el salón.
En algún momento de su diálogo, el violín desapareció sin que el tirador pudiera ver a dónde se fue.
--¡Quítate la máscara!-- ordenó el chico de suéter verde.
--No lo creo, además no reconocerías lo que hay debajo de esta máscara. Vayamos al punto, pues dividir mi atención contigo y de otros deberes me está resultando complicado. No puedo permitir que continúes con tu plan-- dijo el espectral violinista.
--¡Oblígame!-- exclamó el asesino y disparó dos veces con su rifle, pero se asombró y se horrorizó cuando vio que las balas se detuvieron en seco en el aire.
El joven trató de huir pero la puerta del salón se cerró sola de un portazo, encerrando al tirador junto al oscuro ente. El asesino giró lentamente mientras sentía la fría mirada del espectro.
--Querías ser visto, querías recibir la atención que creías merecer, ahora yo te veo, y lo que veo me desagrada. Querías recibir el mismo trato que el de tus compañeros, aunque fueras tan diferente a ellos, cosa que no sería mala si no hubieras planeado esta abominación. Veo la frustración que sentías al deambular en estos pasillos como un fantasma y por eso te compadezco, pero también veo tus actos malvados y planes nefastos y por eso te condeno. Ahora es momento de encarar tu crimen. Ahora, es momento de que tú, me mires a los ojos--dijo El Espectro con malicia en sus palabras antes de soltar una risa maléfica.
El asesino de suéter rojo no se había dado cuenta de la ausencia de su compañero hasta después de haber encontrado un grupo de estudiantes evacuando su salón y haberles disparado, sin que ninguna bala dañara a alguien. Los estudiantes huyeron despavoridos mientras el tirador se percataba de su soledad, no era parte de su plan separarse. El joven tirador decidió seguir su camino sangriento restándole importancia a la ausencia de su amigo, pues estaba demasiado sumergido en su odio como para pensar en otros que no fueran sus víctimas. El chico de suéter rojo había empezado a caminar en dirección al gimnasio en dónde supuso estarían todos los alumnos y maestros para masacrarlos, sin fijarse de lo vacío de los pasillos. Cuando llegó al gimnasio, el joven lo encontró vacío salvo por una persona que llevaba una capa y una máscara.
--¡Saludos jovencito! Bienvenido a tu propio espectáculo, lamentablemente nadie más se ha presentado-- dijo el extraño con una voz siniestra que hacía eco en todas las direcciones.
--¡¿Quién eres tú?! ¡¿Dónde están todos?!-- preguntó el joven amenazante.
--Soy un humilde contador, he venido a este lugar para repartir cuentas, y asegurarme de que sean pagadas, no tengo un nombre, pero muchos me llaman El Espectro De Tres Ojos. En cuanto a dónde están tus compañeros y tus maestros, la mayoría ya han escapado, a excepción claro de los que ya mataste y del amigo con quién viniste hacer tus travesuras-- explicó el fantasmal enmascarado.
--¿Qué pasó con él?-- preguntó el adolescente confundido.
--Aún respira, es todo lo que diré de él. Y me temo que nuestro tiempo juntos, se está acabando, pues mientras hablamos, los agentes de la ley se reúnen afuera, preparándose para tu derrota-- contestó el tenebroso ser.
--¡No…! ¡Voy a matarte!-- gritó el asesino lleno de cólera.
--¿Acaso dispararme aliviará tu furia? ¿Acaso la muerte de un desconocido sanará tus heridas? Tu dolor no desaparecerá derramando la sangre de los que te lastimaron, y mucho menos derramando la sangre de los que son ajenos a ti-- dijo el espectro completamente carente de miedo.
--¡¿Me pides que los perdone?!-- preguntó el joven de suéter rojo, haciendo que el espectro soltara una carcajada villanesca.
--Niño, deja eso de poner la otra mejilla a divinidades superiores, en eso no consiste el perdón, pero finalmente, tendrás que hacerlo, con o sin venganza, y es verdad, a veces hacer justicia ayuda a perdonar, pero sin perdón, no hay paz, yo entiendo eso mejor que nadie-- argumentó el sombrío enmascarado.
--¡Tú no entiendes nada, no sabes todo lo que he sufrido, todo el daño que me han hecho!-- gritó el joven con lágrimas de ira.
--¡Oh…! Pero sí lo entiendo, puedo verlo, cada golpe, cada moretón, cada lágrima derramada en solitario, tratando de fingir esa indiferencia que los hombres confunden con fortaleza, puedo verlo, y no como un simple espectador, puedo verlo a través de tus propios ojos-- le dijo El Espectro.
Invadido por el dolor, la vergüenza y la ira, el joven cerró los ojos y apretó el gatillo de su arma mientras gritaba, y no dejó de hacerlo hasta que se quedó sin balas. Cuando el tirador volvió a abrir los ojos, vio cientos de balas suspendidas inmóviles en el aire justo al frente del Espectro. Entonces las balas cayeron al piso y El Espectro empezó a caminar lentamente, sin hacer ruido, mientras que el asesino caía de rodillas.
--Sólo quiero que paguen-- dijo el muchacho sollozando.
--Y lo harán, te lo aseguro, pero será bajo mis términos, con un castigo equivalente al crimen, solo así se le puede llamar justicia-- anunció el oscuro espíritu.
--¿Vas a matarme?-- preguntó el joven sin esperanza.
--No, los humanos ya tienen un castigo adecuado para ti-- respondió con serenidad.
--¿Entonces, es inútil una disculpa?-- preguntó el tirador.
--¡Nunca!-- anunció El Espectro con potencia.
--Lo siento mucho-- dijo el joven antes de que El Espectro desapareciera y los policías entraran a arrestarlo.
La policía empezó a revisar los pasillos, y al entrar al salón de música, encontraron al asesino de suéter verde en estado de shock, algo lo había asustado mucho. Mientras eran evacuados los últimos estudiantes, un maestro de camisa gris se había escondido en un salón vacío, esperando su rescate. Oculto tras el escritorio del maestro, el hombre vio como una silueta borrosa se dibujaba en el vidrio translúcido de la puerta mientras esta movía su mano de forma extraña y la cerradura de la puerta se abría sola. Cuando el profesor vio que la puerta se abría y una mano con guante negro se apoyaba en ésta, se escondió de nuevo en el escritorio.
--Date la vuelta y obsérvame-- dijo una voz que el académico no supo de donde provenía, y al obedecer se encontró con el ser enmascarado sin ningún escritorio que lo ocultara de sus negros ojos.
--¡Por favor, no…!-- suplicó el educador levantándose del suelo.
--No soy uno de los tiradores, ellos ya han sido apresados, pero aun así deberías temerme, pues he venido para que pagues por la participación que tienes en esta tragedia-- le explicó el desconocido.
--¡¿Por qué?! ¡Yo no he hecho nada!-- exclamo el docente.
--Exacto señor, debes pagar porque no hiciste nada. Día tras día, contemplaste los constantes abusos y humillaciones que tus estudiantes experimentaban casi a diario, y lo permitiste. Día tras día, estos jóvenes acudían a ti por ayuda, y los ignoraste. Día tras día, viste como se volvían cada vez más distantes, y su interés por las armas se hacía cada vez más notable, e hiciste caso omiso-- respondió el oscuro ente.
--Los chicos son así de crueles, no es mi trabajo intervenir-- trató de excusarse.
--Como podrás imaginar, a veces la inacción es más costosa que la acción. ¿Cuánto hubiera costado arrodillarse a su altura? ¿Cuánto hubiera costado colocar tu mano en su hombro? ¿Cuánto hubiera costado dar un consejo para que ellos no sintieran que tienen que enfrentarse solos a un mundo injusto? ¿Cuánto hubiera costado reprender a los abusivos?-- preguntó el aterrador enmascarado.
Invadido por el miedo, el maestro le arrojó una silla al fantasmal encapuchado, la cual atrapó sin esfuerzo con una sola mano, y rodeando al intruso, el hombre corrió tratando de huir por la puerta pero esta se cerró sola de un portazo.
--Yo mismo responderé esas preguntas ya que parece que no tienes la imaginación para adivinarlo, unos segundos, era lo que hubiera costado, un precio miserablemente pequeño-- dijo el espectral extraño soltando la silla.
--Sin embargo, el precio de no actuar es sangre, sangre de inocentes, sangre de niños, sangre que manchan las paredes, el suelo y las manos de los ejecutores, y como estas manos no hicieron nada para prevenirlo, también están manchadas-- dijo el espectro tocando las manos del profesor llenándolas de sangre, a pesar que sus guantes estaban completamente limpios.
Aquel hombre contempló en silencio y con horror la sangre que cubría sus manos mientras escuchaba la risa maligna del Espectro hasta que la policía entró en el salón encontrando un maestro que miraba sus manos vacías y limpias. Los agentes estaban confundidos con este caso, todos los estudiantes contaron que habían sido advertidos del peligro por un mensaje masivo que se envió desde un número desconocido. Posiblemente el mismo número irrastreable que alertó a los policías. Algunos incluso contaron que escucharon una voz misteriosa que les daba instrucciones específicas para escapar de forma segura. Pero aunque el sol se estaba ocultando en el horizonte, el trabajo del Espectro aún no finalizaba.
La noche había llegado y el clima parecía indeciso entre nublado y despejado. Lo que podríamos llamar la élite de ese colegio, se había reunido en una casa grande para celebrar su suerte de ese día. Empezaron presumiendo entre sí, sus riquezas y sus conquistas sexuales, para luego pasar a abusar del alcohol y otras sustancias. Aquel al que podríamos llamar el líder del grupo, se pavoneó entre sus seguidores con su chaqueta azul y amarillo para luego, con extrema soberbia, burlarse de la suerte de las víctimas fatales, del destino de los tiradores, y de la incierta participación de aquel misterioso personaje al que todos empezaron a llamar “El Espectro de Tres Ojos”.
--¡Digan el nombre con el cual se me conoce y me aparezco entonces! Después de todo, es lo que hace un espectro, aparecerse-- anunció un recién llegado a la fiesta cuya vestimenta y máscara lo identificaban como aquel personaje.
--¡Oigan! ¡¿Quién llamó al circo?!-- se burló el joven y se rió de su propio mal chiste, pero ninguno de sus amigos lo acompañó en su burla, lo cual lo extrañó, y sintió un escalofrió al escuchar la risa del visitante.
--Te sugiero que sigas el ejemplo de tus amigos y actúes con más cautela, pues no he venido a divertiros a ninguno de vosotros, sino, a hacer cuentas-- dijo la extraña aparición con malevolencia.
--¿Quieres contar algo? Cuenta esto-- dijo el líder con arrogancia mostrando el dedo medio.
Entonces El Espectro chasqueó sus dedos y se escuchó un crujido y seguidamente el muchacho de chaqueta azul y amarilla gritó de dolor mientras apretaba su mano.
--Si…, puedo contar un dedo roto-- se burló el sombrío ente.
--¡Llama la policía!-- le ordenó el líder a uno de sus seguidores, a lo cual obedeció marcando 911.
--No es posible contactar con este número, por favor espere a que El Espectro les de su permiso-- se escuchó decir por el teléfono.
--Supongo que ahora, sí me tomarás en serio-- comentó el tenebroso ser mientras el pánico se apoderaba de los presentes.
--¿Qué es lo que quieres?-- preguntó el líder ya sin su confianza.
--Como he dicho anteriormente, he venido a hacer cuentas, y todos ustedes deben mucho-- explicó el intruso con seriedad.
--Escucha, mis padres tienen mucho dinero, pueden darte lo que quieras-- explicó el joven de chaqueta azul y amarilla con temor.
--Sus riquezas, así como sus vicios y promiscuidad, no me interesan. Por lo que deben pagar es por la terrible falta de respeto, no solo a mí, sino también por sus compañeros fallecidos el día de hoy, pero sobretodo deben pagar por los imperdonables tormentos y maltratos que sometieron a sus compañeros, los cuales llevaron a dos de ellos al borde de la locura-- explicó el macabro demonio.
--¡Solo… nos divertíamos!-- trató de excusarse uno de los seguidores titiritando.
--Si…, divertirse al provocar dolor y sufrimiento, los cuales degeneraron en odio y rencor, lo que hizo que al final se cosechara venganza y muerte. Quizás ahora yo quiera divertirme con ustedes. ¿Qué les parece?-- les preguntó El Espectro con malvada retórica antes de soltar su maquiavélica carcajada.
Los jóvenes fueron rescatados de los escombros de lo que había sido una hermosa mansión, repletos de lesiones tanto físicas como mentales. Los abusivos no solo perdieron una buena parte de su fortuna, también perdieron todo respeto de los estudiantes de ese instituto al igual que toda oportunidad de beca. El maestro de camisa gris no volvió a trabajar de educador, y además de un trastorno obsesivo por la limpieza, había desarrollado una fuerte fobia a la sangre. Los dos tiradores fueron juzgados como adultos y condenados a cadena perpetua, y mientras que el de suéter verde se ahogó en su propia soledad, el joven de suéter rojo recibió una última visita del Espectro producto de su disculpa y como único acto de compasión le dio un consejo. Aquel joven entabló entonces una buena amistad con otro reo, uno quien tenía una marca de quemadura en su rostro en forma de gusano, e incluso después de la liberación de ese reo, siguió visitándolo, quizás el joven consiga libertad condicional después de unas cuantas décadas de cautiverio.
Desde aquel día, rumores y teorías empezaron a circular en aquel instituto acerca de la identidad del ser conocido como El Espectro de Tres Ojos, algunos dicen que era un demonio, otros un ángel, otros un fantasma, incluso algunos piensan que es un extraterrestre. Si alguna de esas teorías es cierta o no, no lo sabrán jamás. Además de las teorías, varias historias del Espectro circulaban por esos pasillos, algunas verídicas, otras modificadas y otras completamente inventadas, alimentando su leyenda. Y aunque existe un debate acerca de la moralidad del ente, debido a que unos lo ven como un villano y otros como un gran héroe, los estudiantes jamás olvidarían el día en que El Espectro se hizo presente para corregir las injusticias.
English
Counting sins
It was an October school day like many others, the bell had rung and the students were in their classrooms, except for two. Both teenagers had longed for that day, they had planned it for a long time, and that day they would execute their dark fantasy, because for a long time, in that institute they had experienced nothing but pain, and they decided that it had been enough. Wearing one a green sweater and the other one a red one, they grabbed their assault rifles and entered the institution with the aim of taking revenge on life spilling the blood of guilty and innocent alike. Although they used silencers to avoid attracting attention when collecting the lives of some kids who were talking in the hallway, a mysterious entity could perceive from the distance the essence of death in that place, calling their attention irremediably.
The two shooters strolled through the corridors killing everyone who crossed their path and how the shots were silent, no one was alarmed. The young man in the green sweater, who was the brain of the duo, activated the fire alarm for everyone to evacuate to the gym and guide them like lambs to the slaughterhouse, but in addition to the alarm, the young man heard something more than stole his attention. A melody played by a violin was heard more clearly than the alarm, and as if it were a siren song, the boy continued to separate from his partner. At the time of entering the music room, the alarm had fallen silent and he could only hear the violin that was played with great passion and talent by a figure covered by a dark blue cape. His movements were so fast and violent that the violinist seemed to be possessed, the fast notes were interrupted by slow abruptly and vice versa, it was an aggressive and bold song but at the same time romantic and passionate. At that time, the young man wanted to have that talent, because he had none other than to manipulate, instead of having dedicated himself to developing a talent or discipline, he could only think about the things that others had but he did not.
--And that, my dear audience, was "The Spectral Trine"! My own reinterpretation of the devil's trill by Giuseppe Tartini-- said the violinist at the end of his insane song and turning around.
The young murderer woke up from his trance and noticed the strange appearance of the unknown man, in addition to the cape, the thin man wore a smiling demonic mask with three eyes and wore black clothes with a plunger tie with a red stone, another object that he wanted to have.
--Who are you? -- Asked the young man threatening the gun.
--I am what appear before you, I am what you see of me, I am a man with a mask, but if you prefer, you can call me, The Specter-- said the stranger with a voice that echoed throughout the room.
At some point in their dialogue, the violin disappeared without the shooter being able to see where he went.
--Take off your mask! -- Ordered the boy in the green sweater.
--I do not think so, you would not recognize what is under this mask. Let's go to the point, because dividing my attention with you and other duties is finding me complicated. I can't allow you to continue with your plan-- said the spectral violinist.
--Force me! -- The murderer exclaimed and fired twice with his rifle, but he was astonished and horrified when he saw the bullets stop dead in the air.
The young man tried to run away but the living room door slammed shut, locking the shooter by the dark entity. The killer turned slowly as he felt the cold gaze of the spectrum.
--You wanted to be seen, you wanted to receive the attention you thought you deserved, now I see you, and what I see displeases me. You wanted to receive the same treatment as your classmates, even if you were so different from them, which would not be bad if you had not planned this abomination. I see the frustration you felt when wandering in these halls like a ghost and that's why I pity you, but I also see your evil acts and nefarious plans and that's why I condemn you. Now is the time to face your crime. Now, it's time for you to look me in the eyes-- said The Specter with malice in his words before letting out an evil laugh.
The killer in the red sweater had not noticed his partner's absence until after he had found a group of students evacuating his classroom and shooting them, without any bullet damaging anyone. The students fled in terror while the shooter realized his loneliness, it was not part of his plan to separate. The young shooter decided to follow his bloody path, downplaying the absence of his friend, because he was too immersed in his hatred to think of others who were not his victims. The boy in the red sweater had begun to walk in the direction of the gym where he supposed all the students and teachers were to slaughter them, without noticing the emptiness of the hallways. When he arrived at the gym, the young man found it empty except for a person wearing a cape and a mask.
--Greetings young man! Welcome to your own show, unfortunately no one else has appeared-- said the stranger with a sinister voice that echoed in all directions.
--Who are you?! Where are all?! -- asked the young menacing man.
--I am a humble accountant, I have come to this place to distribute accounts, and make sure they are paid, I do not have a name, but many call me The Three Eyes Specter. As for where your classmates and teachers are, most have already escaped, except for the ones you already killed and the friend with whom you came to do your pranks-- explained the ghostly masked man.
--What happened to him? -- Asked the confused teenager.
--He still breathes, it's all I'll say about him. And I fear that our time together is running out, because as we speak, law enforcement officers gather outside, preparing for your defeat-- the dark being replied.
--No…! I'm going to kill you! -- shouted the murderer full of anger.
--Will shooting me relieve your fury? Will the death of a stranger heal your wounds? Your pain will not disappear spilling the blood of those who hurt you, much less spilling the blood of those who are alien to you-- said the spectrum completely devoid of fear.
--You ask me to forgive them?! -- asked the young man in the red sweater, causing the specter to let out a villain laugh.
--Child, left to putting the other cheek to higher divinities, that is not forgiveness, but at the end, you will have to do it, with or without revenge, and it is true, sometimes doing justice helps to forgive, but without forgiveness, there is no peace, I understand that better than anyone-- argued the shadowy masked man.
--You don't understand anything, you don't know everything I've suffered, all the damage they have done to me! -- The young man shouted with tears of anger.
--Oh…! But I do understand it, I can see it, every blow, every bruise, every tear shed alone, trying to fake that indifference that men confuse with strength, I can see it, and not as a mere spectator, I can see it through your own eyes-- The Specter told him.
Invaded by pain, shame and anger, the young man closed his eyes and pulled the trigger of his weapon while shouting, and did not stop until he ran out of bullets. When the shooter opened his eyes again, he saw hundreds of still bullets suspended in the air just in front of The Specter. Then the bullets fell to the floor and The Specter began to walk slowly, without making noise, while the killer fell to his knees.
--I just want them to pay-- said the boy sobbing.
--And they will, I assure you, but it will be under my terms, with a punishment equivalent to crime, only then can it be called justice-- the dark spirit announced.
--Are you going to kill me? -- Asked the young man without hope.
--No, humans already have adequate punishment for you-- he replied calmly.
--So, is an apology useless? -- asked the shooter.
--Never!-- The Specter announced with power.
--I'm so sorry-- said the young man before the spectrum disappeared and the policemen entered to arrest him.
The police began to check the halls, and upon entering the music room, they found the green sweater killer in shock, something had frightened him greatly. While the last students were evacuated, a gray-shirted teacher had hidden in an empty classroom, waiting for his rescue. Hidden behind the teacher's desk, the man watched how a blurred silhouette was drawn on the translucent glass of the door while it moved his hand strangely and the door lock opened by itself. When the professor saw that the door opened and a hand with a black glove leaned on it, he hid again on the desk.
--Turn around and observe me-- said a voice that the academic did not know where he came from, and when he obeyed he found himself masked without a desk that hid him from his black eyes.
--Please, no...! -- the educator pleaded rising from the ground.
--I am not one of the shooters, they have already been arrested, but you should still fear me, because I have come to you pay for your participation in this tragedy-- the stranger explained.
--Why?! I have not done anything! -- exclaimed the teacher.
--Exactly sir, you must pay because you did nothing. Day after day, you contemplated the constant abuses and humiliations that your students experienced almost daily, and allowed it. Day after day, these young boys came to you for help, and you ignored them. Day after day, you saw how they became increasingly distant, and their interest in weapons became increasingly noticeable, and you ignored it-- the dark entity replied.
--The boys are that cruel, it's not my job to intervene-- he tried to excuse himself.
--As you can imagine, sometimes inaction is more expensive than action. How much would it cost to kneel at their height? How much would it cost to place your hand on their shoulder? How much would it cost to give advice so that they would not feel they have to face an unfair world alone? How much would it have cost to rebuke the bullies? -- asked the terrifying masked man.
Invaded by fear, the teacher threw a chair at the ghostly hooded man, who caught effortlessly with one hand, and circling the intruder, the man ran trying to flee through the door but it slammed shut.
--I will answer those questions myself since it seems that you do not have the imagination to guess it, a few seconds, it was what it would have cost, a miserably small price-- said the spectral strange releasing the chair.
--However, the price of not acting is blood, blood of innocents, blood of children, blood that stains the walls, the floor and the hands of the executors, and since these hands did nothing to prevent it, they are also stained-- said the spectrum touching the teacher's hands filling them with blood, even though his gloves were completely clean.
The man watched in silence and horror the blood that covered his hands while listening to the evil laugh of The Specter until the police entered the room finding a teacher who looked at his empty and clean hands. The agents were confused with this case, all students said they had been warned of the danger by a massive message that was sent from an unknown number. Possibly the same unreachable number that alerted the police. Some even said they heard a mysterious voice that gave them specific instructions to escape safely. But although the sun was setting on the horizon, the work of the Specter was not yet finished.
Night had arrived and the weather seemed uncertain between cloudy and clear. What we could call the elite of that school, had gathered in a large house to celebrate their fate that day. They started showing off each other, their wealth and their sexual conquests, and then went on to abuse alcohol and other substances. The one we could call the leader of the group, swaggered among his followers with his blue and yellow jacket and then, with extreme pride, mock the fate of the fatal victims, the fate of the shooters, and the uncertain participation of that mysterious character that everyone began to call "The Three Eyes Specter".
-Say the name by which I am known and I appear to you in front! After all, it is what makes a specter, to appear-- announced a newcomer to the party whose dress and mask identified him as that character.
--Hey! Who called the circus?! -- the young man scoffed and laughed at his own bad joke, but none of his friends accompanied him in his mockery, which missed him, and he felt a chill when he heard the visitor's laughter.
--I suggest that you follow the example of your friends and act with more caution, because I have not come to have fun for any of you, but, to make accounts-- said the strange appearance with malevolence.
--Do you want to count something? Count this-- the leader said arrogantly showing the middle finger.
Then The Specter snapped his fingers and there was a creak and then the boy in the blue and yellow jacket screamed in pain as he squeezed his hand.
--Yes ... I can count a broken finger-- the gloomy entity scoffed.
--Call the police! -- the leader ordered one of his followers, which he obeyed by dialing 911.
--It is not possible to contact this number, please wait for The Specter to give you his permission-- it was heard saying on the phone.
--I suppose now, you will take me seriously-- said the dark being while panic seized those present.
--What do you want? -- asked the leader without his confidence.
--As I said before, I have come to account, and you all owe a lot-- the intruder explained seriously.
--Listen, my parents have a lot of money, they can give you whatever you want-- explained the young man in a blue and yellow jacket with fear.
--Your riches, as well as your vices and promiscuity, do not interest me. What you must pay for is the terrible lack of respect, not only for me, but also for yours deceased companions today, but above all you must pay for the unforgivable torments and mistreatments that you submitted to their companions, which led to two of them on the verge of madness-- explained the macabre demon.
--Just... we had fun! -- one of the followers was trying to excuse himself.
--Yes..., have fun by causing pain and suffering, which degenerated into hatred and resentment, which caused revenge and death to be harvested in the end. Maybe now I want to have fun with you. What do you think? -- The Specter asked with evil rhetoric before releasing his machiavellian laugh.
The young men were rescued from the rubble of what had been a beautiful mansion, full of physical and mental injuries. The abusers not only lost a good part of their fortune, they also lost all respect for the students of that institute as well as any scholarship opportunity. The gray-shirted teacher did not return to work as an educator, and in addition to an obsessive cleaning disorder, he had developed a strong blood phobia. The two shooters were tried as adults and sentenced to life imprisonment, and while the green sweater boy drowned in his own solitude, the young man in the red sweater received a final visit of the Specter due to his apology and as the only act of compassion he gave an advice. That young man then made a good friendship with another inmate, one who had a burn mark on his face in the form of a worm, and even after the release of that inmate, continued to visit him, perhaps the young man gets probation after a few decades of captivity.
From that day, rumors and theories began to circulate in that institute about the identity of the being known as The Three Eyes Specter, some say he was a demon, others an angel, others a ghost, even some think he is an alien. If any of these theories is true or not, they will never know. In addition to the theories, several stories of the Specter were circulating in those halls, some truthful, others modified and others completely invented, feeding his legend. And although there is a debate about the morality of the entity, because some see him as a villain and others as a hero, the students would never forget the day when The Specter was present to correct the injustices.