Eran las 3am, todo a su alrededor estaba oscuro, le atemorizaban las sombras que se movían entorno a su cama. No había nadie que pudiese calmar la angustia que crecia en su interior; todos habían partido luego de la fiesta.
Sentía que no estaba sola, apesar de que ya no había nadie en casa.
En un intento de valentía se descubrió de entre las sábanas, salió de su cama y se asomó a la ventana. Su corazón latía tan rápido que sentía que en algún momento iba a estallar. Abajo, a lo lejos divisaba una silueta, ella sabía quién era.
Corrió deprisa, bajó las escaleras hasta la sala, en un intento de asegurar la puerta, pero fué inútil.
Él se escabulló al interior, y allí estaba en el sofá, con un tono burlón le decía:
-Asustada, Nohemí?
Nohemí, giró en seco, anonadada. ¿Cómo pudo llegar tan rápido? ¿cómo siquiera consiguió abrir la puerta?
-¿Q-ué haces aquí?
-Vine a cuidarte, supuse que después de la fiestecilla que habéis tenido necesitabas algo de protección.- Sonrió al culminar su frase; poseía una sonrisa cautivadora, y a la vez peligrosa. Nohemí no tenía miedo de la oscuridad, de la soledad, tenía miedo de su, ahora, acompañante...
Autor: Rose Fairchild