POP ART
(1955-1980)
Aunque lo pueda parecer, el Pop Art (o Arte Pop, hablemos con propiedad) no es un estúpido movimiento en el que los artistas se ponen a crear obra fáciles para un público lento. Si lo pensamos, es más bien un arte muy político, y muy consciente de la realidad de nuestra sociedad de consumo. Otra cosa es que te guste o no esa sociedad.
Los artistas pop, en realidad, documentan lo que ven a su alrededor, con sus luces y sus sombras. Es, ni más ni menos, la manifestación plástica de una cultura que se caracteriza por varios factores como son el consumo vertiginoso, la tecnología, el ocio, el consumo, las modas, la democracia… Todo fabricado, empaquetado y listo para venderse.
El arte, más que nada, es otro producto, y para un mayor rendimiento se puede producir en serie.
Nuestra cultura es superficial, es inexpresiva e impersonal. Es repetitiva y saturante. Es casi una religión con sus iconos (logotipos publicitarios), sus santos (celebridades) y sus liturgias (consumir) que nos anestesian para olvidar los problemas graves que nos acechan.
Llegados a este punto, el arte ya no imita la vida, sino que es la vida que imita el arte.
Y eso, amigos, es toda una revolución artística.