Solía escribir, cuando estaba más triste de lo usual. Les presento un pedacito de mi haber.
Nosotros.
Antes bailábamos, reíamos y cantábamos, entre baldosas de colores y blancos y negros, olores perfumados, unos que otros amigos volados y el amor en medio del aire, que se hacía valer entre cada respiro que dábamos todos nosotros, que éramos uno en las buenas y en las malas. Que éramos todo y nada al mismo tiempo, y que con el pasar del tiempo, nos dimos cuenta que en realidad, simplemente, haciendo las cosas más simples para nuestras mentes, éramos. Qué dicha haber sido y qué desdicha habernos dado cuenta de la realidad.
Antes disfrutábamos de las noches como si no tuviesen final, porque la mañana no era un derecho sino una promesa, y éramos tantos y tan poco de forma simultánea, que conforme empezaba la noche, creíamos ser el principio y el fin de las cosas, por el volumen de espacio que ocupábamos, que nos hacían parecer centenares, cuando en realidad, sólo éramos uno. Cuando llegaba el amanecer, sólo pensábamos en dormir, porque las noches en vela merecen estas recompensas. Dormíamos juntos, como si fuésemos una familia joven, aunque estuviésemos separados por miles de kilómetros, no había distancia si veíamos el cordón que nos conectaba.
Antes de nacer, ya éramos.
Antes de vivir, ya habíamos renacido.
Antes de morir, habíamos celebrado.
Hoy, que el tiempo corre lentamente y vivimos a alta velocidad, nos dimos cuenta que vivir el día a día es más importante que sentarse a recordar el pasado o soñar por un futuro mejor.
Paso a paso.
Lentamente.
Disfrutando sin llegar a la medida del exceso.
Antes, tal y como nos enseñaste con tu voz impetuosa, que entre besos nos lo pedías. Como con susurros nos decías tranquilidad. Como con sueño nos pedías despertar. Y cómo nosotros, siempre contigo, y girando en torno a tus fiestas que nos hacían bailar la noche, apreciar el amanecer en tu mirada, y amanecer acariciando tus pies, nos permitimos a amar de mil formas a una sola.
Antes éramos muchos. Vivíamos juntos en un solo sitio, y no nos molestaba compartir este sentimiento, porque te amo con todos los que soy, incluyéndome a mí mismo.
