Laurita

-Laurita Laurita te pasaste de raya-

Mi gato lleva días sin comer, maúlla y maúlla ese pobre gato, le tengo que comprar comida a ese animal que me llama desde la ventana, pero no me puedo levantar de mi cama y abrirle la ventana para que pase, este desdén me mata, me agobia, además este calor que no me colabora, el cabello lo tengo pegado a la frente y las sabanas ya me estorban en la espalda, hace un calor que no me colabora, claro, estamos en pleno verano y tengo las ventanas cerradas, estamos en la hora en la que el sol da directo a mi apartamento, ni en ropa interior se sobrelleva esta vaina. Debí llamar al técnico para que arreglara el aire o por lo menos encender el ventilador, pero lo olvide. Olvido todo últimamente, olvide hasta cuándo fue la última vez que comí algo decente, estoy muy flaca que ya mi cuerpo se está comiendo a sí mismo para sobrevivir. Pero no puedo pararme. No puedo llamar a mi madre porque olvide pagar el teléfono, no puedo llamar a Alfredo porque olvide pagar la renta del celular. Puedo gritarle al vecino de al lado, siempre escuchaba cuando cantaba en mis borracheras, pero tampoco puedo. Estoy inútil, no me levanto ni cuando la vecina toca la puerta para dejarme los granos. Los de ella son buenísimos, los míos solo agua con adobo porque también olvido ponerle los granos. La vecina llama a la puerta.
-Laura, Laurita, ábreme la puerta, no me dejaste las llaves para dejarte los granos en la cocina. Ay, Laurita, no se de ti desde hace una semana. Sigues allí?
Sigue llamando a la puerta. –Si vecina, estoy aquí. Pensé. –Pero no puedo ni pararme.
No debí correr a Alfredo, esto me pasa por borracha malcriada, este se hartó de mí y de mis escenas, por eso se fue, pero es que la cuaima de ese quiosco le tenía las uñas postizas más que puestas, el cree que soy tonta.
Él me hubiese llevado al hospital, porque clínica no puedo pagar, ya que olvide también que debo trabajar, tampoco hubiésemos podido pagar un taxi, porque el cuándo está conmigo deja de trabajar. Posiblemente me hubiese hecho sacar hasta la mala muerte que llevo dentro, pero no está. Cónchale Alfredito me haces falta chico.
Esta vez sí me pase de la raya.