Caracas, una caótica ciudad (Que en este momento extraño ya que estoy encerrada en mi casa por cuarentena). Para muchos es un desastre, y si, no voy a mentir, lo es. Las calles están sucias, los buhoneros estorban en el paso peatonal y es calificada como una de las ciudades más peligrosas del mundo. Pero a pesar de todas estas connotaciones negativas, hay algo bonito en ella.
Durante las manifestaciones de comienzos de 2017, la fachada de la ciudad quedo completamente destrozada. La más afectada fue la Plaza Francia en Altamira, donde los asientos fueron destruidos por la Guardia Nacional. La fachada de la esquina de la estación del metro de Chacao fue el mural de protesta de los habitantes, donde demostraban su descontento por el gobierno a través de grafitos. La atmósfera de todo el municipio era triste y gris. Esas protestas trajeron varias cosas: esperanza, miedo y muerte. Altamira, Chacao y La Carlota fueron un constante recordatorio de los hechos ocurridos esos días.
Esquina de la estación del metro Chacao/Visita de Luisito Comunica a Venezuela 2017
No era alguien de usar mucho las camioneta, usabas más el metro en ese entonces, un medio de transporte que se encuentra actualmente en las peores condiciones. Pero al dejar de usarlo, la camioneta me permitió fijarme en algo que no note en dos años encerrada en esa lata de sardinas. Mi ciudad. Y si, sigue siendo un desastre, pero había algo diferente.
Iniciando mi nueva ruta, pude ver el gran retrato de Oscar de León dándome la bienvenida a Chacao y del otro lado el rostro del Tío Simón. Sabana Grande tenia más color con imágenes de infantes indígenas en los murales del metro, las afueras del Colegio Universitario de Caracas adornado con los rostros de figuras importantes de la literatura, la política y el activismo social. Eran imágenes de colores vivos y divertidos; retratos de figuras importantes de nuestro folclor nacional. Personajes destacados en la literatura, comedia, arte y música que ahora estaban por toda Caracas dando una atmósfera más alegre.
Esquina de la estación del metro Chacao
Siempre tuve curiosidad de saber quien era el autor de estos retratos. Hasta que un día regresando a casa, pasando por Altamira, pude ver a Badsura trabajando en uno de sus murales en la esquina de la Estancia. Era momento de tomar una decisión: seguir mi camino a casa, perder la oportunidad o bajarme de la camioneta. Tome el primer billete que tenia en mi bolsillo y me baje. De camino al lugar, tenia la idea de que Badsura era un hombre entre los cuarenta o cincuenta años. Al doblar la esquina, mi sorpresa fue que era un chico aun en sus veintes.
En una rincón su equipo de trabajo, él sobre una escalera con un aerosol en su mano derecha pintando las mejillas del retrato. Debes en cuando había publico, curiosos que se detenían a ver lo que estaba pintando. El sol del medio día era cada vez más fuerte y el olor a orina insoportable. Pero aun así él me permitía interrumpirlo con alguna que otra pregunta.
Su verdadero nombre es Wolfgang José Salazar, cuando le pregunte ¿porque el apodo de Badsura ? Me dijo que muchas veces las personas se detienen en la calle a ver lo que hace, pero que la mayoría de las veces se dedican a realizar insultos con frases como "busca oficio". Pero cuando el trabajo esta terminado, como él me dijo "ahí sí les parece bonito la basura que puedo hacer". La técnica que usa es el realismo, pero le agrega elementos divertidos y coloridos; relacionados con la figura central de su obra. Tuvo la oportunidad de viajar a Italia, donde pudo ver el trabajo de varios artistas del renacimiento y neo gótico. Pero a diferencias de ellos, el arte de Badsura no busca reflejar una escena triste de la existencia humana, si no dar alegría.
Badsura pintando el baile de La Burriquita
Badsura me comentó que cuando las personas ven el mural de Oscar de León, sueltan de forma inmediata la frase característica del cantante "Sabroso". Muchos de los temas de sus murales son cosas que caracterizan al venezolano como: bailes típicos, personas que representan la etnia indígena, artistas plásticos, humoristas, cantantes... entre otros. Su intensión es que las personas se detengan, que puedan ver mucha más allá de su rutina, que al chocar con la pared internalicen el mensaje.
Para él, en los museos deben haber más muestras y mayor diversidad de los artistas nacionales.
" Son una referencia para un punto de partida para empezar a construir un camino. No solo como una inspiración también observando se aprende. Puedes aprender cosas que te pueden permitir aplicarla en diversas técnicas "
Antes de trabajar en un mural, busca un angulo donde se puede admirar la obra completa. Mientras seguia colocando brillo en los ojos de "La Burriquita", me dijo que el punto de mira que eligió para ese mural, era la raya roja frente a la entrada del metro, afirma que desde ese punto se puede ver completo. Lo mismo hizo con los murales de Chacao, tomando como referencia la esquina de perros calientes.
Su acercamiento al dibujo fue desde pequeño, veía los dibujos de sus madre una profesora de biología e imitaba lo que ella hacia. Su interés por el arte fue creciendo, buscó lugares donde pudieran darle más conocimiento pero no los consiguió. Iniciaría en el graffiti gracias a un amigo, ambos fueron aprendiendo a pintar con el spray. "Así fui desarrollando mi propio concepto, mi propia técnica, mi propia información"
La tercera vez que pudo viajar pintando fue en Italia, donde pudo ver la obras de Caravaggio, el cual admite es una de sus referentes. Lo que le ayudo a estudiar a profundidad el realismo. "Si yo no hubiese ido a Italia a ver parte del conocimiento sobre el realismo, hubiese tenido que esperar aproximadamente como ocho años para poder ver eso en mi país"
La tarde continuo pacifica. Fue agradable ver como alguien transforma a una esquina cubierta de orine en algo bonito que observar todos los días. Definitivamente el arte esta en toda la ciudad, y espero encontrar a los demás artistas que hacen vida en Caracas luego de esta cuarentena.