En sí misma, la ataxia no es una enfermedad sino más bien un síntoma que acompaña a un grupo de enfermedades heterogéneas y que puede ser adquirida o congénita, afectando en particular a una región del cere- bro conocida como cerebelo. Las ataxias cerebelosas adquiridas pueden ser el resultado de una intoxicación alcohólica, de un infarto cerebeloso, de un crecimiento tumoral, de la degeneración cerebelosa inducida por una sobredosis de medicamentos o por deficiencias nutricionales. Las ataxias congénitas, por su parte, son enfermedades neurodegenerativas que afectan el cerebelo provocando una disminución progresiva del equilibrio. La detección de síntomas de ataxia en integrantes de una misma familia, o familias relacionadas, ha proporcionado pistas importantes para el descubrimiento de las bases genéticas de este grupo de enfermedades neurodegenerativas que provocan trastornos atáxicos.
(Beltran-Parrazal et al, 2015) todo el escrito pueden encontrarlo aquí.
