Yo me basé para ese artículo en una conferencia que dio Higor Stravinsky en los Estados Unidos, en la cual hizo crítica sobre cómo el comunismo tomaba a las obras de artes ya escrita (incluyendo clásicos), modificando palabras y escenas para darles así un fin "utilitario" al teatro y a la literatura. Era muy común, asegura Stravinsky que se hicieran cambios de la palabra "monarquía" por "pueblo" o "proletariado". Después de que escribí ese artículo sucedieron actos similares en nuestra época, en donde se le cambió el final a la obra "Carmen" por uno que no ofendiera a las mujeres. Es un tema que todavía no he escrito a profundidad pero que versa sobre lo mismo en función de un arte atrapado en una especie de utilidad partidista y si no bien moral.

También concibo al arte como un acto de liberación que es, a palabras de Wilde, un acto amoral.

Un saludo, Valki.