Buenos días, hoy os hablare de un lujo que está al alcance de todos “una barbacoa”. No hay nada más agradable, más ameno y la mejor forma de pasar un día junto a familiares y amigos que hacer una buena barbacoa. Además que ese día no pensamos en nada más que en pasar un día genial y que en verdad lo pasamos.
El disfrutar de una buena barbacoa no es solo el comer y beber, que también claro. Es la compañía, el hecho en sí de juntarse un grupito de personas y disfrutar de ese día. Empezando por encender de un buen fuego. Uno se encarga de conseguir esas ascuas ardientes que cocinaran la carne mientras otros la van preparando un poquito de sal, pimienta, hiervas, no sé, todo lo que podamos imaginar o nos gusta para sazonarla, o igual sin nada, directamente a la parrilla. Otros se preocupan de poner la mesa, aunque a veces ni eso, si estamos en el campo, en un trozo de pan directamente o platos de usar y tirar.
Lo que es muy importante en una buena barbacoa y que jamás debe faltar, son unas cuantas cervecitas muy frías, un poco de vinito y algunas coca colas y agua para los más pequeños. Pero si vosotros, los que estáis leyendo esto sois de los míos, unas cervecitas es el mejor acompañamiento para la carne, estoy seguro.
Cerrar los ojos un momento y aspirar para dentro cuando estáis delante de la carne haciéndose. Huffff, ese olorcillo a carne haciéndose poco a poco, ese olor a costillas, a tocino, chorizos, pollo, chuletas y todo lo que queramos hacer al fuego lento. Creo que me está volviendo las ganas de comer.
Ese calorcito, aunque sea en verano, delante del fuego , viendo como la carne se va haciendo, pero que no molesta para nada, esas sonrisas de todos, las conversaciones que salen alrededor de la barbacoa, tan variadas como minutos tiene una hora, esas cervecitas que no paran de correr, tanto antes como después de hacer la carne.
Y cuando ya está hecha, cuando lo tienes en el plato y ves que todos se tiran por ella, ves como ponen la carne recién salida del fuego en los trozos de pan y aunque quemen no paran de comer disfrutando de este manjar tan delicioso. Creo que los días en los que nos juntamos hacer la barbacoa todo lo demás saben mejor, la carne y sobre todo la cerveza. Solo pararos a pensarlo en esos momentos. Y el día, el día casi ni nos enteramos de lo a gusto que se está en esos momentos.
Hay personas que odian cocinar o simplemente no saben, pero cuando los pones delante de un buen fuego, unas parrillas llenas de carne se vuelven de los mejores cocineros por una hora. Pero os habéis fijado que no hay ningún comensal que le ponga peros a la carne recién salida. Nos puede gustar más bien echa o un poquito más cruda, pero nadie se queja en ese día, todos comen ríen hablan y si la cosa encarta nos ponemos a jugar como niños.
El disfrute de una buena barbacoa empieza en el momento que alguien propone hacerla, el comprar la carne, bebidas, pan y todo lo que conlleva. En buscar el sitio adecuado, sea en el campo como en la casa de alguno. El buscar la leña, el convertirse en cocineros por un día y en disfrutar todo el día, aunque el momento en que te llevas un trozo de esa carne a la boca, aunque este algo más quemada, ese sabor a la brasa, huffff , eso es un placer de dioses que casi todos podemos degustar.
Mucha gente podrá decir que eso engorda, que el colesterol nos subirá, pero que queréis que os diga.
Resumiendo, la barbacoa empieza días antes y el momento de llevarla a cabo es uno de esos pocos momentos que recordamos con una sonrisa y nos hace volver a tener gana de repetirla.
Que aproveche amigos. Y recordad el día que hagáis una barbacoa. Mirad a vuestro lado, observar a los demás y sobre todo disfrutad de ese momento tan especial.
Dejandohuella
