Hoy les contaré una historia playera que hace agua la boca. Fue en mi viaje a Cumaná, estado Sucre, Venezuela, a donde llegué a sembrar las bases para la creación y el desarrollo del cine venezolano desde las comunidades más humildes, que sueñan con mostrar su cultura y realidades en la gran pantalla, no solo comercial, sino independiente, en contacto directo con la gente.
Nuestra travesía resultó en unas ganas incontenibles de probar una exquisitez de la que todos los de pueblo hablaban: Los Coctelitos de la Perimetral. Este manjar oriental lleva pepitona, mejillón, chipi chipi, ostra, pulpo, arrechón y otros frutos del mar, combinados con un toque de picante, limón y salsas afrodisíacas que lo hacen irresistibles, un deleite que por más que me esfuerce en describir, hay que probar antes de morir.
Los locales que ofrecen a turistas estos coctelitos están ubicados frente al mar, rodeando la avenida llamada La Perimetral. Quienes viajan en carro, no pueden resistirse a hacer una parada en este lugar al que siempre recuerdo con nostalgia y añoro volver.
Nos atendió un bigotón robusto muy gracioso que no paraba de sonreír y contar chistes, como cuando me dijo "Primo, tenga cuida'o después que se coma mi coctelito, porque puede tener morochos".
Estaban tan divinos que, no solo nos comimos uno en el sitio, sino que pedimos un frasco 'con todo' para llevar.
Para las fotos, utilicé una Canon EOS 7D. La foto 4, en la que aparezco en el centro, la tomó el cineasta Sergio Caraballo.
Today I will tell you a delicious beach story. It was on my trip to Cumaná, Sucre state, Venezuela, where I came to plant the bases for the creation and development of Venezuelan cinema from the humblest communities, that dream of showing their culture and realities on the big screen, not only commercial, but independent, in direct contact with people.
Our journey resulted in an uncontainable desire to taste a delicacy that everyone in town spoke about: The Cocktails of the Perimetral. This oriental dish has pepitona, mussels, chipi chipi, oyster, octopus, sea bream and other seafood, combined with a touch of spicy, lemon and aphrodisiac sauces that make it irresistible, a delight that no matter how hard I try to describe, you have to taste it!
The stores that offer tourists these cocktails are located on the seafront, surrounding the avenue called La Perimetral. Those who travel by car, can not resist making a stop in this place that I always remember with nostalgia and always want to return.
We were received by a robust and joking mustachioed man that did not stop smiling and telling jokes, like when he said "Dude, take care after you eat my cocktail, because you can have twins".
They were so divine that, not only did we eat one on the site, but we asked for a jar 'with everything' to carry.