Para muchos de nosotros hay términos y temas que tienen que hacerse ver de diversas modas.
Los mismos dichos pueden tener diferentes formas sean que dependen íntegramente de la tradición cultural o de los hechos que l desencadenan como algún evento único e irrepetible en su espacio-temporal-socio-histórico o hecho a secas.
Por ello, como dice el antiguo dicho: nada sale de la nada. Que en realidad es todo un tema óntico y metafísico.
Por ello desde lo más lago y de la forma más fructífera, debemos ver, sin embargo, si esto debe analizarse no solamente meticulosamente sino de forma analítica y sintética dentro de la terminología del método científico, que conocemos o que podemos ejercer al modo de Descartes como el inicio mismo de su duda metódica y de la elaboración del método científico.
Por ello si es que nada sale de la nada, es porque la nada no existe. De todo este abordaje, que es un concepto que puede ponerse no como el único inicio, pero si para la tradición occidental como la más importante por la creación de la nada cristiana. O como el término de la teología lo afirmaría categóricamente Creatio ex nihilo. Que se lee con una literalidad de nuestra lengua romance, e hija del latín, español: como creación desde la nada o de la nada.
Afirmo de esta forma que podemos pasar una primera valla, debido a que gracias a los descubrimientos más modernos y reciente se saben que el universo tuvo un origen, pero no solo es por la parte más empírica sino que es un presupuesto aceptado como válido.
Justamente porque negarlo ya aparece como elucubraciones muy refinadas o propias más de orates. Lo que creo el Universo o uno de ellos, ya que ahora se contempla la posibilidad de multiversos flotando en el hiperespacio, es el Big Bang o gran explosión.
Continuará en una segunda parte o post ...