Para muchos, se puede considerar como una moda, para otros ya se ha convertido en un estilo de vida, sin embargo, todos tienen un punto en común, y es considerar al Bitcoin como el medio de cambio del futuro. Actualmente se aplica para casi cualquier tipo de transacciones, desde la compra de alimentos hasta la negociación de commodities, en el mercado de futuros entre otros.
Existen personas que han concebido al Bitcoin como un medio de inversión, sin serlo realmente. De hecho, su fortaleza deriva del nivel de transacciones en que participe. Lo que necesita el Bitcoin es que haya circulación, un alto nivel de intercambio que lo involucre. Un proceso inverso, que tienda a ralentizar su operatividad lo acercaría al colapso y su precio eventualmente se desplomaría.
El Bitcoin se maneja con principios básicos. Su sistema operativo funciona mediante la captura de cada transacción en un archivo, un “Bloque” del que todos los usuarios pueden tener una copia pero nadie puede cambiar. Todas las copias se actualizan simultáneamente y, en consecuencia, cualquier usuario puede ver todo el historial de transacciones. Esto imposibilita que un mismo Bitcoin se gaste dos veces. El archivo de la transacción se guarda y se protege con criptografía, mediante algoritmos matemáticos, que es posible leerla pero no modificarla.
En base a esta operatividad, algunos han definido a esta moneda, como un libro contable de última instancia, pues cada transacción queda registrada y es compartida por todos los usuarios. La cadena de “Bloques” que agrupa transacciones se denomina “Blockchain” y es el pilar, el soporte tecnológico del Bitcoin.
Aquí radica una de las diferencias esenciales respecto al sistema financiero convencional. Los Bancos fundamentan su viabilidad en el nivel de confianza que le asignen los clientes. Es un vínculo privado y relativamente confidencial entre el Cliente y el Banco. El Bitcoin, por el contrario, se basa en lo público, en tanto que es un “Bloque” al que todos tienen derecho a acceder.
Los Bitcoin se crean mediante un mecanismo que se denomina “mining” que consiste en colocar un computador a trabajar procesando transacciones de Bitcoins.
Mediante un algoritmo, cada computadora valida las transacciones y recibe a cambio un porcentaje mínimo de Bitcoins. El “mining” lo hacen usuarios de la red que disponen de poder computacional para capturar las nuevas transacciones, validarlas y añadirlas a la cadena. Por ello, cualquier transacción que se realice fuera de la red, no puede ser validada, en consecuencia es una operación estéril, inútil. Esta tecnología es el real corazón del sistema.
La tecnología del “Blockchain” abre la posibilidad para la transformación de muchas prácticas sociales, en las que se deba resguardar la identidad y la veracidad de un documento. Este es uno de los puntos álgidos en el debate que aborda la comunidad de programadores quienes auguran que en lapsos breves se podrán apreciar cambios sustanciales en la vida cotidiana, para el trámite de pasaportes, el almacenamiento masivo online e incluso los procesos electorales.
Los críticos y escépticos de esta modalidad de "dinero" han alertado acerca de la posibilidad de configurar una serie de burbujas financieras que provoquen pérdidas extraordinarias a los participantes. Los defensores de esta cripto-monedas destacan que estamos en los albores de una revolución tecnológica.
Habrá que estar, en consecuencia, muy atentos para advertir el comportamiento que adopten los factores protagónicos del capital financiero frente a este novedoso reto.
Algo sencillo para aquellos que buscan información basica sobre este nuevo mundo que apenas esta comenzando, gracias por el apoyo
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