Las autoridades en China están considerando prohibir la minería de criptomonedas por considerarla una actividad económica “indeseable”. La propuesta aún está en fase de estudio según un documento del gobierno recién publicado.
La Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China (NDRC por sus siglas en inglés) publicó un nuevo informe que incluye esa propuesta para prohibir la extracción de criptomonedas como Bitcoin. La base para esta decisión son las preocupaciones de que la extracción de criptomonedas es un desperdicio de recursos valiosos. Es difícil no estar de acuerdo con este análisis a tenor de los últimos informes sobre el horrible impacto ambiental de Bitcoin. La propuesta está disponible para comentario público hasta el 7 de mayo.
Las criptomonedas como Bitcoin se extraen utilizando computadoras especializadas que consumen una enorme cantidad de energía. Ese consumo de energía es tan elevado que ya rivaliza con la cantidad utilizada por países enteros para su actividad normal, y ello está causando un daño significativo al planeta. Como señala el South China Morning Post, las regiones dependientes del carbón que produce China como Xinjiang y Mongolia Interior se han convertido en destinos populares para los cripto-mineros que buscan electricidad barata.
Se estima que el 74 por ciento de la minería mundial de cripto se lleva a cabo en China, un país que también destaca por su uso intensivo de combustibles fósiles. Según un informe reciente publicado en Nature Sustainability, la minería criptográfica es responsable de la emisión de entre 3 y 15 millones de toneladas de dióxido de carbono en todo el mundo.
La propuesta de China de prohibir la minería es parte de un amplio movimiento contra las criptomonedas que ha despertado en el país en los últimos años. El Banco Popular de China prohibió las ofertas iniciales de monedas en septiembre de 2017, pero los fanáticos del Bitcoin afirman que es fácil sortear esa prohibición. La prohibición de minar criptomonedas, si llega a aplicarse, sería mucho más difícil de eludir porque el consumo de energía revela la ubicación de las computadoras necesarias para ello.
Uno de los mitos más arraigados sobre las criptomonedas es que el dinero falso como Bitcoin no depende de la sociedad en general para operar. Nada podría estar más lejos de la verdad. Bitcoin y otras criptomonedas dependen de la infraestructura moderna y de la disponibilidad de energía barata para mantenerse en el negocio. Una vez que los gobiernos comiencen a tomar medidas enérgicas contra ese consumo, las criptomonedas se convierten en un activo menos atractivo para las instituciones financieras y los consumidores de la sociedad de la que dicen no depender.
Bitcoin y las demás criptomonedas se han convertido en poco más que una secta en torno a la especulación con resultados muy perjudiciales para el planeta. La prohibición de su extracción parece un movimiento perfectamente sensato ante el desastre ambiental global. [South China Morning Post vía Bloomberg]