Se cumplen 11 meses de la declaración del primer Estado de Alarma, que significó un punto de inflexión para muchos en nuestra concepción de la libertad, de las relaciones y de la propiedad sociedad. Al mismo tiempo, para buena parte de esta comunidad de inversores, en esas fechas se inició nuestro camino activo en el mundo de las criptomonedas. Hace casi un año que muchos de nosotros compramos nuestros primeros satoshis. Quizá dentro de unos años celebremos esas fechas como aniversario del principio del cambio.
Del cambio a una mentalidad de inversión, a una mentalidad de responsabilidad, y hacia una mentalidad de libertad financiera. Para eso iniciamos el camino, y hoy nuestra reflexión incluye una mirada hacia atrás primero, para poder mirar hacia delante después.
El último trimestre de 2020 hemos vivido la desilusión del mundo de las plataformas. Estamos a la espera de la resolución con el tema de Arbistar, la expectativa ante lo que significa Nimbus y si de verdad hay futuro en ese proyecto que algunos no terminan de comprender; Kuailian redujo el ritmo de pagos y además se ve afectado por el alto precio del Gas. Y mientras Mind Capital anunció esta semana la el fin del cripto arbitraje, Ganancias Deportivas parece la excepción en un panorama de incertidumbre máxima.
Han sido estas primeras semanas del año momento de profunda reflexión, un golpe de realidad que nos pone frente a nuestra madurez como inversores. Sin duda, la inversión en plataformas ha resultado un rotundo aprendizaje para asumir la responsabilidad sobre nuestras propias finanzas.
Es hora de pasar al siguiente nivel. Y en el mundo cripto, ese nivel supone un doble aprendizaje: financiero, en primer lugar, y tecnológico en segundo lugar. El espacio criptográfico representa un verdadero océano de posibilidades, además de una espectacular democratización de las finanzas.
Hay un universo de proyectos fascinantes que están poniendo las bases de lo que dentro de unos años, y sin duda, se convertirá en el ecosistema financiero del nuevo milenio. Las relaciones sociales se están trransformando, y esta rara pandemia no es sino un proceso de aceleración de ese cambio. La digitalización y las tecnologías exponenciales como la robótica, el Big Data, la impresión 3D o el Internet de las Cosas no son sueños ciberpunk, son ya realidades de este siglo.
Puede que penséis que eso a nosotros en realidad nos coge lejos, y es posible que no sea del todo falso. Sí, es posible que puedas llegar a sortear la necesidad de adoptar estas revoluciones y más o menos vivir tu vida.
Sin embargo, esa posibilidad no es segura, y lo que sí parece real es que el sistema financiero tal como lo conocíamos, ya está implosionando. Fenómenos como DeFi están salpicados de riesgos, sobre todo si no conoces aún cómo funciona. Pero sobre todo, DeFi supone una transformación radical de la manera en que se desarrollan las finanzas. Solo un ejemplo: ¿Te imaginas obtener un préstamo sin tener que dar un solo dato personal, que no tengan que hacerte una auditoría y que el banco no te revise hasta el cajón de los calcetines?
Eso y mucho más está cambiando. Todo está cambiando, aunque aún sea posible que no lo veas si no lo quieres ver.
El siguiente nivel de madurez cripto exige de tu aprendizaje, exige de cierto compromiso. Exige de mayor responsabilidad, así que no puedes desechar la decisión diciendo simplemente que no estás preparado. Porque lo que se te plantea es la oportunidad de prepararte, de adquirir el conocimiento.
Un proverbio oriental señala que cuando el alumno está listo, aparece el maestro.
¿Estás listo?