Esta es una historia que comenzó hace más de mil años.
Distintas civilizaciones habían florecido gracias al mineral llamado Piedra Mágica, que era capaz de extraer el poder de las estrellas. Todo era tan próspero que parecía que iba a durar para siempre.
Sin embargo, la gente confiaba demasiado en las piedras mágicas, y abusó de su capacidad. El esfuerzo al que sometieron a las estrellas fue excesivo. Esta conmoción provocó el despertar de los Primigenios, que yacían en un profundo sueño en el abismo.
Y su poder era aplastante.
Nadie en la Tierra tuvo la más mínima oportunidad contra ellos. Incluso con todo el poder de los Seis Sabios, aquellos que se contaban entre los más fuertes, apenas llegaban a alcanzar una minúscula parte del poder de los Primigenios.
Fue entonces cuando Scheherazade, una maga de otro mundo, pensó en enfrentarse a los Primigenios invocando a seres de otras dimensiones en busca de ayuda. Su idea era traer personajes de mitos y fábulas para ayudarla en su empresa.
Su poder era conocido como “Historia Perfecta”, y tenía la capacidad de difuminar las fronteras entre los cuentos y la realidad. Gracias a ese poder, fue capaz de invocar una enorme luna desde otro mundo.
Primero llamó a la protagonista de la historia del Cortador de Bambú. Esto fue lo que le dijo a la Princesa Kaguya:
“Por favor, usa el poder de esta luna proveniente de otro mundo para expulsar a los Primigenios.”
“Comprendo” – respondió la Princesa. Fue entonces cuando tomó la Poción de Inmortalidad, la cual nunca debía ser bebida, arrojando el frasco vacío a un lado.
Esa inmortalidad era una maldición. Beber esa droga milagrosa significaba dejarlo todo atrás, incluida la propia existencia como ser humano.
“Estas son las últimas lagrimas que derramaré” – Con estas palabras y secándose sus mejillas, Kaguya, ahora transformada en la Princesa Inmortal, se lanzó a la batalla contra los Primigenios junto a los Seis Sabios.
La batalla fue devastadora. Guerreros de la luna, los Seis Sabios, cuentos de hadas invocados por Scheherazade, todos juntos luchando contra los Primigenios. Pero ni aun así su poder combinado servía para detener a esos seres.
Casi todas las orgullosas ciudades habían sido reducidas a cenizas, y el número de supervivientes disminuía cada día. Sabiendo que la Tierra entera podía ser erradicada de continuar la batalla, la Princesa Kaguya y los Seis Sabios planearon sellar temporalmente a los Primigenios. Pero sabían que algún día tendrían que destruir a los Primigenios de forma permanente.
Usando un antiguo arte que solo un inmortal podría controlar, la Princesa utilizó la fuerza de su vida eterna para crear un sello de mil años de duración sobre los Primigenios, encerrándolos en su abismo durante todo ese tiempo. Pero no era un arte sencillo, y un dolor insoportable recorrió el cuerpo de la Princesa.
En ese momento, uno de los Primigenios logró ocultarse y escapar mientras la Princesa Kaguya estaba cerrando el sello.
Los Primigenios eran pacientes, y esperaron a que el poder del sello se fuese disipando poco a poco. Como siempre habían habitado en el abismo del tiempo, un año o un millar era poca diferencia para ellos.
La Princesa Kaguya ascendió al Castillo en el Cielo y de allí viajó a la luna que había aparecido en el cielo.
Uno de los Seis Sabios se quedó vigilante, guardando el sello, mientras los cinco sabios restantes almacenaron sus poderes en piedras mágicas, encerrando sus cuerpos en el interior de las piedras, arrojándose al abismo junto al resto de piedras que habían servido de catalizador del comienzo de la guerra. Habían decidido poner sus poderes y esperanzas en el futuro.
Desde ese día, mil años han pasado.