La señorita Fata, vecina de un pueblo alemán (Quedlinburg), joven distraída, pero encantadora, de buen humor y sonrisa siempre visible, aficionada a resolver misterios con la ayuda de su fiel cámara y su increíble e inverosímil mascota el Sr. Gato Azul Ruso. En conjunto se ven involucrados en casos reales de crímenes, que siempre resuelven eficazmente, gracias a su capacidad de observación y deducción.
Capítulo I. EL asesinato del vecino ecológico.
Eran alrededor de las 23:33 hrs. en la ciudad de Quedlinburg cuando se escucho un rechinar de llantas, era un carro que había alcanzado a frenar para no alcanzar a un ciclista que iba distraído; llevaba cargando con la mano derecha un cuadro, que por cierto, tenía ciertos rasgos y parecidos a las obras de Salvador Dalí; la señorita Fata, mi amada dueña, se encontraba como siempre haciendo tomas fotográficas de todo a su alrededor, ella siempre confía en que puede tener la imagen y foto perfecta, así que, dispara con milimétrica obstinación cuando cree tener un enfoque ideal.
No había muchas personas en la calle, supongo que por la hora, aunque el rechinido nos hizo voltear a todos los que estábamos presentes. El conductor del vehículo estaba entre fúrico y tembloroso, era evidente, y que decir del ciclista, todo pálido y casi al borde del desmayo, después del barullo que se armo, el conductor simplemente tomo su rumbo, mientras que el ciclista se quedó detenido por unos minutos, observé detenidamente cada detalle, la señorita Fata, se acercó al joven, por lo que no hubo más remedio que seguirla; tiene una forma tan sutil para inmiscuirse en los problemas, según sus palabras: "Gatito, tenemos que ayudar siempre", así que una vez más, allá vamos.
-¿Joven se encuentra usted bien? le cuestionó al ciclista, la señorita Fata,
-el hombre todo tembloroso, con sudor en frente, se quedó sin responder, todo pasmado, aletargado. Así que, como ella acostumbra,(a mí siempre me lo hace, cuando estoy distraído observando flores), con un sutil click de la cámara lo hizo reaccionar, y al fin respondió:
-"me encuentro bien, gracias, solo fue el susto". La señorita Fata le pregunto su nombre: respondió con mayor habilidad y certidumbre, me llamo Charlie.
La señorita Fata, lo invito a sentarse y tomarse un vaso de agua, te, de algo con flores que ella acostumbra tomar para los nervios, o un pedazo de pan, que para el susto, pero Charlie respondió que llevaba prisa y que iba con atraso para dejar el encargo. Así que subió como loco nuevamente a la bicicleta y lo vimos alejarse.
...Continuará...
Miss Fata, neighbor of a German village (Quedlinburg), distracted but charming young woman, in good humor and always visible smile, fond of solving mysteries with the help of her faithful camera and her incredible and unlikely pet Mr. Blue Russian Jack . Together, they are involved in real cases of crimes, which always resolve effectively, thanks to their capacity for observation and deduction.
- Chapter I. The murder of the ecological neighbor. *
It was around 23:33 hrs. in the city of Quedlinburg when there was a grinding of tires, it was a car that had reached a stop so as not to reach a cyclist who was distracted; I was carrying a painting with my right hand, which, incidentally, had certain features similar to the works of Salvador Dalí; Miss Fata, my beloved mistress, was as always making photographic shots of everything around her, she always trusts that she can have the perfect image and photo, so she shoots with millimetric obstinacy when she thinks she has an ideal approach.
There were not many people on the street, I guess for the hour, although the squeal made us all turn around. The driver of the vehicle was between furious and trembling, it was evident, and what to say about the cyclist, all pale and almost on the verge of fainting, after the hubbub that arose, the driver simply took his course, while the cyclist was stopped by a few minutes, I observed carefully every detail, Miss Fata, approached the young, so there was no choice but to follow; he has such a subtle way of getting involved in problems, according to his words: "Kitten, we have to help always", so once again, here we go.
"Are you feeling well?" he questioned the cyclist, Miss Fata,
-the man trembling all over, with sweat in front, he remained unanswered, all stunned, lethargic. So, as she usually does (she always does it to me, when I'm distracted observing flowers), with a subtle click of the camera she made him react, and at last she answered:
- "I feel fine, thank you, it was just the scare". Miss Fata asked her name: she answered with greater skill and certainty, my name is Charlie.
Miss Fata, I invite you to sit down and have a glass of water, tea, something with flowers that she used to drink for nerves, or a piece of bread, to scare you, but Charlie replied that she was in a hurry and that she was going delay to leave the order. So he went crazy again to the bike and we saw him go away.
...To be continue...