Somos una mezcla de varias tópicos y colores, somos cuerpo, somos aire, somos mente, somos especulaciones, somos percepciones, algunos dicen que ni si quiera somos, solamente estamos, pero a pesar de ese conjunto de novedades, somos espíritu. Quien no conoce esta verdad, está condenado a ser viejo desde que nace.
Si hoy te preguntara, ¿Puedes acaso jugar de la misma manera como juegas a los 8 años que como jugarías a los 80? La posible respuesta es no. Dicen que el aliado principal de la felicidad es la inocencia, ¿Qué opinas tú? Yo creo que es verdad, pero pregunto de nuevo ¿Cómo ser inocentes? De alguna manera hemos nacido con inocencia, pero en el momento que nos hacemos amigos del mundo, vamos poco a poco opacándola cono viveza.
Hay un conocimiento que tenemos en nuestra etapa de crecimiento y madurez, por conocimiento mismo, lo dejamos a un lado, y es el conocimiento de la voluntad. La voluntad, es la piedra angular para entrenar al espíritu, que a su vez, es el portal hacia la inocencia. Aquella inocencia que es quien despierta a esa conciencia dormida llamada felicidad (que me gustaría llamarla Alegría, podría decirse que es un estado más alto que la felicidad, ya tiene que ver con toque divino).
8 años, 80 años. La única diferencia está en la inocencia. Nos mentalizamos desde pequeños que solo seremos felices durante la juventud, y que la vejez es un estado de ausencia y molestia para los demás. Cuando en realidad, podemos ser igual de felices cuando tenemos 8 como cuando tenemos 80 ¿Cómo? Fortaleciendo nuestro espíritu, entrenando a la voluntad.
¿Quién es aquel que se interpone entre nuestro entrenamiento de la voluntad? El Deseo. Cuando deseamos y actuamos según el deseo, apartamos con nuestra mano a la voluntad y nos entregamos de lleno a un placer de momento, sin pensar en la consecuencia futura, la infelicidad infinita. No te olvides que dentro de la oscuridad, dentro de un universo eterno, la única persona que realmente te juzga, es la historia, por eso, cada paso que des, jamás te olvides que la historia será quien te condene o te premie.