La literatura de Jorge Luis Borges es definitivamente un manjar, una delicia, una clase magistral en cada página... en cada párrafo. Me he reencontrado con él!
Releer a Borges es gratificante, purificador... Le tenía abandonado, allí en mis bibliotecas, recluso en esas fabulosas penitenciarías de madera que circundan mi cama.
Al escuchar sus entrevistas, su voz me hace sentirlo cercano, incluso familiar. Pero, al leerlo me doy cuenta de que está muy lejos de mí y de mi ignorancia. Tan cerca de mi corazón y tan lejos de mi poluto cerebro.
Borges es más que grande, Borges es inmenso! Él es su Aleph; sus laberintos; su humilde resignación a través del color amarillo; su hombre gris; sus espejos... y tantas otras cosas. Poco sé de él, mucho sabe él de nosotros!