Este concurso me recuerda la expresión de: “en el país de los ciegos, el tuerto es rey”, por ese autocalificamiento de estúpido, en un terreno, donde los concursos estúpidos, son revestidos de seriedad.

Cuando en una plataforma que dice ser literaria, donde hay que cuidar la calidad del contenido y que hasta una coma mal puesta, te puede arruinar toda una investigación, un concurso estúpido, es casi como una oración para una alma pecadora.
Atrás quedan los concursos de: dibuja una rosa y que todo se vea lindo, comienza un poema con las palabras dulce y rosado, cuida tu presencia, escribe un cuento de terror pero que no asuste, dibuja tu héroe literario pero que quede bello para ponerlo en la cartelera pre-escolar…
Por supuesto, en esos concursos serios, los nazis de la ortografía, harán su implacable trabajo, porque no tendrán la capacidad de evaluar contenidos, “fritos”, de “vanguardia” “innovadores”… porque eso no está permitido a los “niños buenos de papá y mamá”

Como se trata de un concurso estúpido, mi respuesta debe ser estúpida, para que el adagio de ganó “el menos malo”, o… “el más imbécil siempre tiene la razón” o… peor aún, la tortuga siempre le ganará al conejo, para que la moraleja del más vivo, siga aplastando al mundo de los más capacitados.

Después de esa estúpida introducción les doy mi respuesta estúpida:

Al ver la foto, inmediatamente vi la placa del torax de un fumador con un enfisema pulmonar evidente. Estudie medicina, soy psicólogo clínico y he visto esas placas miles de veces, pero también sé, que fui envuelto por una pareidolia colectiva, donde uno ve, lo que otros quieran que uno vea.

Cuando me dicen que hay dos guerrero Ninjas, pues allí los veo... allí están, claritos y no hay pa´ donde coger.
Eso mismo sucede con las apariciones de vírgenes en paredes, nubes, árboles y sobretodo, en las placas de RX, donde con mucha frecuente, la gente ve figuras de santos de todo tipo.
Si aparecen dos ninjas en esa placa, bueno son dos ninjas en esa placa, eso es simplemente un acto de fe, es quererlas ver y están allí.
Uno de ellos pudiese ser Jinichi Kawakami, el último guerrero ninja viviente y el otro pudiera ser el maestro Yunishiro Yunoki.
La pregunta sería, ¿qué hacen dos grandes guerreros ninjas en los pulmones oscuros de un fumador empedernido?
La repuesta pudiese ser fácil para no decir obvia: los guerreros ninjas aprendían el arte del envenenamiento y como asesinar a sus enemigos con las técnicas del camuflaje.
Esos dos grandes guerreros ninjas, se metieron en los pulmones de su enemigo, sin que él lo supiera, para asesinarlo.