Conservo de dos años para atrás recuerdos oscuros, son recuerdos que me fortalecen desde entonces.
Viví sonrisas actuadas, tristeza derramada, seguridad ausente y el lúgubre camino de la depresión que casi abraza la muerte.
Era necesario, al parecer mi daño hacía reaccionar los muertos, muertos de alma. Fue todo un éxito, me escucharon.
El cielo se tornó azul cuando amaneció y en mi camino apareciste. Al escuchar tu voz y verte a los ojos, me enamoré.
No sabía que nuestro cruce de miradas iba a ser eterna en nuestro compás de vida.
Al parecer, nuestro complemento el universo lo exclamaba.
Inesperadamente nos enamoramos, sucedió, así tenía que ser nuestras almas debían unirse, amarse y juntar nuestros caminos.
No debía pasar, pero nos ha de admirar, ¿cómo ocultar el amor extenso que sientes? ¿cómo apagar la llama que se encendió al chispazo de nuestras voces?
Hoy, siento que en nuestras antiguas vidas estuvimos juntos y en esta volvemos a estarlo, contigo soy feliz.
Somos dos polos opuestos, pero que no se repelen, por esos somos diferentes.
Los obstáculos son polvo, nuestro amor, pilares de rascacielos donde el polvo no llega.
Por ello, te amo. Te amo, al unísono de nuestras risas. Te amo, al verte y detallarte cuando ves a otro lado. Te amo, al protegerme con tus abrazos. Te amo, al estallar nuestra pasión inevitable. Te amo, al sentir tu aliento en mi oído aunque no estes cerca.
Sencillamente, te amo porque eres mi presente y futuro en mis pensamientos de vida.