Creía que era mi amigo

Roberto un niño muy curioso a nadie le decía que no, estaba metido en todo y a todos quería ayudar, sus padres se mudan a Maracay y allí conoce a Leo, no eran muy amigos pero vivían cerca y estudiaban en el mismo colegio se saludaban jugaban pero hasta allí, pasan los años y Roberto más nunca ve a Leo, sus padres deciden volver a mudarse a caracas y por una gran casualidad de la vida Leo vivía en ese mismo lugar, empiezan a compartir y se vuelven amigos a él no le gusta la situación del país y era amante del dinero, ambicioso se va a Colombia no perdía contacto con Roberto siempre hablaban por Facebook y whatsapp le decía que se fuera a Colombia que él le conseguía trabajo todo los dias le insistía hasta que Roberto se decide, deja su carrera y sin importar el dolor de sus padres se va.

Al llegar a Colombia Leo lo recibe van a comer y todo es maravilloso, Leo tenía carro, moto, todas las comodidades posibles las cuales en Venezuela era imposible tener, le prestaba el carro y solo le decía "lleva esta encomienda" le daba un lugar una maleta y Roberto la llevaba, al regresar le daba su buena paga y no se hablaba del tema pero Roberto curioso como siempre preguntó de qué trabajaban y Leo le dice que eran un servicio de encomiendas, "nos llega un paquete y lo llevamos a un domicilio" eso sirvió para que no preguntara más, cada 3 días hacían entregas les iba muy bien y Roberto contento mandaba dinero a sus padres, todo era felicidad pero un día Leo le dice a Roberto que llegó un paquete equivocado y hay que llevarlo a España, que eran unos talcos importados, él emocionado llama a sus padres para contarles, y les habla de Leo que era un buen amigo.

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A un día del viaje Roberto estaba impaciente, arregla sus cosas le traen los talcos, los guarda y emprende el camino al aeropuerto llega al dorado y le chequean el boleto pero notan algo extraño y le piden revisar la maleta, luego proceden a revisar los talcos sacan uno le hacen una prueba y da positivo para cocaína, Roberto se ríe no cree lo que le dicen le pide que revisen otro y efectivo, Roberto rompe en llanto y solo se le escuchaba que decía mi amigo no me pudo hacer esto, es condenado a 30 años y Leo no apareció, él que pensaba que era su amigo y lo estaba ayudando lo traicionó, uno de muchos casos, la ambición los lujos y el poder pueden más que una amistad, al pasar 3 años de la condena se comprobó que Roberto había sido engañado y pudo salir Leo mas tarde fue capturado y murió en la cárcel.

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