El amor de Cristo calienta nuestras almas.

Eres como en la cárcel
Metáfora anónima de la pérdida olvidada.
Eres como un rayo que perfora el corazón.
El gran creador de todo.

La niña que soñaba con ser azafata.
De ninguna manera contigo.
Cebra peatonal
Pero entre tus costillas.

Todos en esta vida de tus ofensores.
Gritó "¡Mantones calvos!"
Estoy triste, pero no como antes,
"¿Por qué me hablas tan extrañamente?".

Y mientras la arena,
Los interiores cambiaron de repente,
Viniste y abrazaste suavemente
Tomando mis cosas como me equivoqué.

Y la eternidad, como un chal, es arrojada sobre ellos.
Y nunca te hable
Nosotros dos no podemos quedar
Pero las mariposas en el estómago.

Y recuerdo las tablas del suelo allí crujieron
Pero en el espacio ahora, no volar cohetes,
Día tras día, levantarse por la mañana.
Aquellos que están conectados entre sí.

Pero las lágrimas están fluyendo.
No tenían suficiente espacio para vivir.
Nos pegamos a las grandes pantallas,
Tus ojos no ven más.

Pero curiosamente todo es más brillante.
Te pisoteaste en la tierra
Ella es una sonrisa, ira y emoción.
¿Qué pasará después? ¿Vendrá mañana?

Con envidiable persistencia, repitió.
Tú eres mi panacea, mi oxígeno, mi virus, mi alergeno.
Tu bebe mi compota tu compota
Un toque de amor para nosotros.