Él fue el fundador de la Orden de los cartujos, fallecido el 6 de octubre de 1101. El Pe. Alfonso Rodríguez cuenta su impresionante conversión:
Falleció en París un famoso doctor, llamado Raymond Diocrès. En sus funerales de cuerpo presente y con asistencia de la Universidad, se incorporó el difunto para exclamar:
—Por justo juicio de Dios soy acusado.
Al día siguiente se repitió el portento con nueva exclamación:
—Por justo juicio de Dios soy juzgado.
Y al tercer día, ante una multitud espantada, gritó:
—Por justo juicio de Dios soy condenado.
Estaba presente Maestro Bruno con varios amigos. Fuertemente impresionado, arengó a sus compañeros y con seis de ellos se retiró a la soledad. Impactado por este milagro, Bruno, entonces joven profesor, tomó la decisión de cambiar de vida y dedicarse al servicio de Dios.
Escribiendo a un amigo suyo, San Bruno recuerda:
“¿Te acuerdas, amigo mío, del día en que nos encontrábamos juntos tú y yo con Fulcuyo le Borgne en el jardincillo contiguo a la casa de Adam, donde entonces me hospedaba? Hablamos, según creo, un buen rato de los falsos atractivos del mundo, de sus riquezas perecederas y de los goces de la vida eterna. Entonces, ardiendo en amor divino, prometimos, hicimos voto y decidimos abandonar en breve las sombras fugaces del siglo para captar los bienes eternos, y recibir el hábito monástico.”
Su primera biografía, escrita el año 1136 afirma:
El Maestro Bruno, alemán de nación, de la célebre ciudad de Colonia, nacido de conocida familia, muy instruido en letras profanas y divinas, canónigo de la iglesia de Reims —primera sede de las Galias— y su maestrescuela, abandonando el mundo, fundó el desierto de Cartuja y lo rigió seis años. Mandado por el papa Urbano, del que antes había sido maestro, marchó a la Curia para ayudar al mismo Pontífice con su apoyo y consejo. Pero no pudiendo resistir la agitación y costumbre de la Curia, ardiendo en deseos de la soledad y quietud perdidas, dejó la Curia, rechazó el arzobispado de Reggio, para el cual por voluntad del Papa había sido elegido, y se retiró al yermo de Calabria llamado la Torre. Reunidos allí numerosos laicos y clérigos, llevó a cabo, mientras vivió, su programa de vida solitaria. Y allí murió y fue enterrado, unos once años después de dejar la Cartuja.
Authors get paid when people like you upvote their post.
If you enjoyed what you read here, create your account today and start earning FREE STEEM!
If you enjoyed what you read here, create your account today and start earning FREE STEEM!