Estoy cultivando el agradecer las cosas que no concibo, o que no advierto. Estoy formando a mi ser para actuar más a través del poder (amor) que del impulso (ira). Quizás te topes en el camino a alguien que te señale que no agradezcas las cosas negativas, me examino: ¿Y quién soy yo para no agradecerlas? ¿Quién soy yo para no agradecer la enormidad de lo que no vislumbro, si no lo percibo?
Hemos constituido en nosotros el costumbre de dar las gracias cuando recibimos algún, favor o distinguimos que alguien está operando en nuestro beneficio. Gracias es una palabra que empleamos muchas veces al día y la generalidad de las veces lo hacemos sin cavilar. Esto es el agradecimiento, el ejercicio de dar las gracias. Mas el agradecimiento puede estar coligado a la gratitud o no. Estribará de si es el simple y cortés hábito que usamos o si germina de un sentimiento legítimo de gratitud, que algunas veces no necesita ni siquiera de las palabras.¨