Las cifras son contundentes, tenemos el primer lugar en fecundidad en adolescentes, es la más alta en Suramerica, el 23% del total de nacimientos en el país son de madres adolescentes, estas cifras pertenecen a la UNICEF, donde la mayor incidencia proviene de adolescentes que viven en extrema pobreza, zonas rurales e indígenas. En el mundo según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se producen 16 millones de nacimientos de mamás adolescentes.

A lo que me voy a referir no es exactamente al hecho de que siempre se le solía atribuir a los embarazos en adolescentes la falta de educación sexual, al desconocimiento de métodos anticonceptivos, entre otras causas, me voy a referir a que en estos momentos una de las causas y la más importante en estos embarazos se debe principalmente a la escasez o falta total de anticonceptivos y a sus elevadísimos precios, ademas a la casi nula atención de la salud del adolescente por falta del recurso humano especializado.

Lo más grave viene ahora, la mayoría de embarazos en adolescentes (entre los 10 y los 19 años) son normalmente considerados de alto riesgo, no están preparadas ni física ni mentalmente y sumándole a esto la grave crisis por la que estamos pasando, complica más aún el sufrimiento por el que tienen que atravesar las adolescentes, así que esto se puede traducir en:

• Desnutrición tanto de la madre como del bebé.
• Abortos espontáneos.
• Partos prematuros.
• En niñas con edad inferior a los 13 años, los bebés tienen más posibilidades de nacer con malformaciones.
• Las mamás adolescentes tienen niños con más problemas de salud y trastornos del desarrollo.
• Las madres adolescentes tienden a aislarse socialmente por miedo al rechazo.
• Desarrollan sentimientos de culpa, tristeza y la autoestima se reduce.

Lo más grave de todo esto es que los riesgos y complicaciones del embarazo en la adolescencia tiene una tasa de mortalidad alta y es una de las principales causas de muerte en adolescentes. Creo que en estos momentos no valen de mucho las recomendaciones que emiten entes Nacionales y Mundiales, creo que se deben tomar medidas desde el mismo hogar, generar un clima de confianza y sentido de responsabilidad en los adolescentes, pienso que una comunicación fluida y de respeto entre los miembros del grupo familiar podría reducir estos embarazos. Hablen con sus hijos y sean los amigos fieles que ellos y ellas esperan.

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