Después de todo, estar loco no es tan malo.

El Loco es el título de un libro de Gibran Kahlil Gibran que estuvimos debatiendo en nuestras sesiones del #ClubDeLecturaCervantes que ralizamos los martes a las 7pm. El autor deja ver su estilo al presentar temas espirituales interesantes utilizando frecuentemente la metáfora que en más de una vez hizo necesaria una segunda (o tercera) lectura para poder entender el mensaje que quiere transmitir.

“Ustedes son mis hermanos y los amo. Los amo cuando se postran en sus mezquitas, se arrodillan en sus iglesias y oran en sus sinagogas. Ustedes y yo somos hijos de una sola fe: el Espíritu”.
–GKG

El Loco es una obra publicada por primera vez en 1918 y consta de una serie de capítulos cortos que se centran en el tema espiritual contada desde el punto de vista de un hombre que se considera loco a sí mismo. Cabe destacar que este es el primer texto en inglés (The Madman) que escribe.

Dentro del texto se encuentra a un hombre que celebra su locura que significa ser libre: libre de aparentar al verse despojado de las máscaras que lo obligaban a ser alguien por consenso, por encajar, libre de ser esclavo de una identidad adquirida, no genuina, un hombre que entiende que él y Dios son uno; en sus líneas se explica que polos opuestos se encuentran, que lo que aparentemente es malo puede transformarse en otra cosa con propósito; menciona las pasiones inconscientes que se entierran en lo secreto mientras en la superficie se muestra lo contrario; enseña la diversidad de puntos de vistas que existen, tantos como seres; señala las adicciones que padecemos muchos y nuestra resistencia a superarlas; cuenta cómo el dar y el recibir son procesos intrínsecamente unidos; expone un yo escindido que se revela como insatisfecho permanentemente; la igualdad no siempre es sabia y lo que vemos no siempre es lo que tenemos que seguir; se enseña que se es capaz de cualquier cosa por conservar el poder y que lo que es alimento para el cuerpo puede transmutarse en alimento para el alma, que el discernir entre el bien y el mal no es tan fácil como parece, que no debemos olvidar nuestro origen divino, que somos capaces de transformar realidades y que la vida es un ritmo donde vamos superando diferentes etapas a las que debemos dejar ir, que cambiamos nuestra forma de mostrarnos según quién tengamos al frente, que no siempre lo que piensa/hace la mayoría es lo correcto; además muestra que el fracaso es un buen maestro, que debemos asumir el lado oscuro que poseemos, que nuestros sentidos nos engañan la mayoría de las veces; la muerte es parte de la vida y la conciencia nos puede permitir reconocer lo divino en nosotros y los demás, la unidad entre nosotros y el universo y nuestra eterna evolución; asimismo toca el propósito de nuestro paso por esta Tierra.

Las enseñanzas que deja este autor a través de su palabra son extraordinarias y debo reconocer que el libro por ser corto creí en un principio que sería de fácil lectura, pero su profundidad me impresionó desde las primeras páginas, el cómo el autor logra con pocas palabras entregar un mensaje de espiritualidad con tanto significado con particular énfasis en lo simbólico/metafórico. Una lectura que no debe perderse aquel cuyos temas espirituales son de su interés. ¿Ya lo leíste?