Hace unos años me aventuré a conocer Canaima. Aprovechando la visita de mi francesito mignon, le dije un día:
¿Quieres ir a lugar mágico con arcoíris verticales y nubes que te persiguen para lloverte encima solo a ti si te portas mal?
Y así fue como tomamos una avioneta hasta esa tierra maravillosa. Al llegar yo saltaba de la alegría, había conocido la Gran Sabana, pero Canaima, son palabras mayores.
Cuando empezamos el recorrido le dije a uno de nuestros guías indígenas, que ellos vivían en el paraíso, que eran muy afortunados, y le pregunté que significaba ese nombre: Canaima.
Significa El Maligno - me respondió frente a mi cara de asombro.-
¿El Maligno?-respondí con cara de incredulidad-
¿Cómo un lugar tan hermoso puede tener un nombre tan macabro?
El me comentó que anteriormente tenía un nombre sagrado (que no me diría), que los pemones y los animales superiores vivían en armonía, hasta que el hombre blanco llegó, comenzó a devastar la tierra, talando y quemando árboles y plantas sin el permiso de los ancianos, sacando oro, y salpicando de sangre las aguas de sus dioses, por ambición, deseo y codicia.
Devoraron todos los animales mayores sin darles tiempo de reproducirse, y fue allí donde llegó Canaima.
Un espíritu que se encargó de desaparecerlos a todos uno a uno.
Fue fascinante escuchar esa historia mientras recorría el camino hacia las cascadas. En tono burlón miré a mi francesito mignon y le dije: Chamo tenga cuidado, que aquí el único hombre blanco es Ud. Me reí a carcajadas pero los indígenas no. Continuamos una pequeña parte del camino en silencio y aproveche para tomar unas fotos.
Iderni, ven a ver esto, me dijo el francesito (al que yo pensaba pasos delante de mi), llamándome a lo lejos, fuera del camino y en una pendiente.
¿Cómo llegaste hasta allá?
¡Allez! ¡Allez! (Ven, Ven) –Me dijo emocionado como si lo que me quería enseñar se fuera a ir.
Cuando llegué a donde lo había visto…el ya no estaba.
No entendí lo que había pasado.
Trate de subir la pequeña pendiente pero las piedras se me desbarataban en las manos.
Tendré que rodear el camino.-Pensé-
Comencé a gritar para que me esperaran pero no apareció nadie, así que comencé a correr porque ya iba a anochecer. El corazón casi se me sale del pecho cuando el sol cayó de golpe, es decir, sin atardecer. Nunca había visto algo así. Me agaché para amarrar los cordones de mis zapatos y cuando me levante, ¡Pum! La noche más negra en la que había estado en mi vida…sin luna… sin estrellas…nada...
No había sonido de insectos, ni siquiera del movimiento del viento. Me encontraba sumida en medio de la nada, en un bardo absoluto de oscuridad espesa. Podía escuchar el palpitar de la sangre en mis tímpanos, y una respiración que trataba de moderar para no hacer mucho ruido, porque inmediatamente sentí un escalofrío que no había experimentado antes, el del acecho, el sentirse completamente expuesta, vulnerable, desarmada y sin saber a qué enfrentarme.
Comencé a dar pasos uno delante del otro. Concentré mi vista lo más que pude en el horizonte para divisar alguna señal…y allí estaba…un pequeño destello de luz.
Seguro ese es el campamento -Me dije a mi misma-.
Comencé a caminar en esa dirección colocando un paso delante del otro para evitar caer por un despeñadero.
Tardé dos horas en llegar y al ver la luz de los bombillos llegué corriendo, llamándolos a todos. ¡Aquí estoy! ¡Aquí estoy!
Vi las formas de sus cuerpos durmiendo en las hamacas pero cuando miré dentro, no había nadie. Estaban completamente vacías.
En ese momento, aunque estaba debajo de un techo, comencé a sentir gotas de agua cayendo sobre mi cuerpo, como si estuviese bajo una cascada, y escuché la voz de mi francesito mignon diciéndome: Si sigues allí, vas a aprender a respirar bajo el agua. Cuando volteé, aparecí bajo una cascada, él estaba tomándome fotos y los compañeros tomaban la merienda.
Luego de algunos minutos de perplejidad, pude comprender, que había caído en un lapsus de sonambulismo activo durante todo ese tiempo… ellos me dijeron que había estado muy callada. Yo no quise contarles para no asustarlos. Lo cierto es que sin lugar a dudas, ese viaje fue inolvidable. Una travesía inesperada al lugar más recóndito de mi Canaima interno, lugar del cual pocos salen íntegros, si no logran retomar el camino hacia la luz. Una luz que llevamos dentro para equilibrar esa oscuridad absoluta, negra y espesa que también forma parte de lo que somos y hacemos.
Texto de mi autoría. Fotos cortesía de Fred Vigne, (alias "francesito mignon").
Anímate y participar también en el Concurso literario | Relatos de terror #01
https://whaleshares.io/castellano/@triton-witness/concurso-literario-or-relatos-de-terror-01
Las cosas simplemente llegan y estoy aqui, no se ni como. Lo cierto es que conoci a Canaima, aun sin verla, su luz llego a mi atraves de tu relato. Que sigas experimentando la vida en la gran compania de tu francesito mignon :)
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
¡Qué experiencia! La Gran Sabana y Roraima tienen una energía indescriptible, creo que todos los que hemos ido, tenemos un yo antes y otro después de haber conocido esos lugares mágicos...
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit