Animales marinos: Los pepinos de mar (I)

Los pepinos de mar pertenecen al Phylum equinodermata, los cuales constituyen un grupo altanamente diversificado (Brusca y Brusca 2005). Según Herrero-Pérezrul et al. (1999) este phylum está conformado por cinco clases: a) Equinoidea (erizos de mar); b) Crinoidea (Lirios de mar); c) Asteroidea (Estrellas de mar); d) Ofiuroideos (Ofiuros); e) Holoturoidea (Pepinos de mar).

Ahora bien, los pepinos de mar son organismos marinos que se caracterizan por tener un cuerpo alargado del eje oral-basal y cuerpo blando. Además, viven en el fondo preferiblemente fangoso y todos son marinos, su longitud varía de 2 cm a 2 m (Solís 1997).

Son principalmente dioicos; es decir, hay machos y hembras. Sin embargo, algunas especies son hermafroditas (que combinan los dos sexos en el mismo animal). En la mayoría de especies dioicas, no es posible distinguir a los machos y hembras por su apariencia externa, pero las poblaciones de pepinos de mar tienen generalmente proporciones de sexos 1 macho:1 hembra (Purcell 2010).

Estos organismos son de tendencia sésiles o de poco movimiento la mayoría de las especies viven en el fondo marino, pero existen algunos registros de pepinos de mar ”NADADORES.

Se caracterizan por ser animales que se alimentan de materia del fondo marino y pueden remover importantes cantidades de biomasa de materia orgánica del fondo marino, en las zonas donde ellos son abundantes (Ruiz et al., 2007). Asimismo, reciclan las partículas orgánicas y enriquecen los substratos (Ravest 2000 y Hudson et al. 2004).

Estos holoturias son depredados por una gran variedad de organismos predadores (Francour 1997), particularmente invertebrados como estrellas de mar, cangrejos y algunos gasterópodos son generalmente los culpables de su mortalidad, pero algunas especies desarrollan mecanismos pasivos o activos de defensa que son mecanismos eficientes contra la predación (Purcell 2010).

Los holoturidos han sido utilizados tradicionalmente como fuente de alimento en los países asiáticos (Conand 1989). Debido a su fácil captura y al hecho de que la mayoría de los países de esta región realizan la explotación de este recurso sin planes de manejo, poblaciones enteras se han agotado (Uthicke 1997).