La luna se siente tan fría cómo de costumbre,
supuesto problema que teníamos,
eres fría, cariño mío, y tú, lo sabías.
En tus piel se notan, hermosas maravillas y constelaciones que se definen,
con formas animadas que me ayudan a saber cuán cerca voy por ti.
Ya el sol no me quema, porque cuándo estás cerca todo es seco, tan seco como el hielo y tan frío cómo tu alma.
Navego en lo más recóndito de tu cerebro, entrando cada vez en lo mas interno de tu ser y aceptando cada pensamiento que tu subconsciente me regala, porque es un regalo hermoso que la vida me ha otorgado.
Cómo las plantas y los mares, cómo el azul y también el verdor de cada espacio tenue de mi alma, sucia.
Ya no sería un problema calcular tu hermoso consuelo, porque las imposibilidades de no tenerte me anulan el sentimiento que existía.
