La Bruja

Cuando la luna ilumina un camino solitario y los campos casi se tragan por la oscuridad, aparece una bruja en la ventana que parpadea como la luz de una vela. Con su mano estirada, ella canta;

"Como la luna sea mi poder"

Canto a esta hora

Escucha mi voz, escucha mi grito

Ven desde el cielo ".

Tan suave como una pluma, una diminuta criatura alada flota sobre la palma de la bruja. Parece brillar como la luna, mientras que sus alas son tan claras como el cristal. La bruja se mete dentro de sus vestiduras hechas jirones y saca un frasco que contiene una esencia de plata. "Toma esto y derrame sobre la aldea oeste desde aquí. Luego espolvorea el polvo en el vial y vuelve ", explica la bruja.

De una manera obediente, el duendecillo se abre paso hacia el pequeño pueblo. Doce momentos después y uno de los edificios en el pueblo parece estar despierto, mientras la risa ruge. El duende da vueltas derramando la esencia y, tan pronto como se hace, doce aleteos de sus alas llenan el vial con polvo iluminado por la luna.

La bruja se encuentra en el centro de la única habitación iluminada en la carretera solitaria, removiendo su burbujeante caldero. El duendecillo se acerca a la habitación y se posa en su cara. "¿Todo listo? ¡Excelente! "Dijo la bruja mientras tomaba el frasco," luz de luna del pueblo encantado, esto debería terminar mi remedio de doce noches ", continúa con una leve sonrisa mientras vierte el contenido. Mientras ella se mueve, el caldero se espesa y se asienta. El duendecillo vuelve a acercarse a la bruja, "sí, sí, puedes alejarte flotando", dice la bruja sin contacto visual. Ella cubre el caldero con un sombrero cónico y huele el vapor a través de su caño.

Sale el sol y la bruja se transforma. Ella entra a la aldea encantada como una damisela. La mirada de cada hombre aturdida por su belleza, aunque ella sigue caminando. Ella entra en el lugar del jefe y lo saluda con una sonrisa que dice: ahora eres mía.