Ahora es el momento de los ojos vacuos,
del vacío del desierto y las ramas secas,
del verdoso liquen de los puentes largos
y el denso suspiro de la silla polvorienta.
Ahora el temor sale a mi encuentro y aquí me hallo
aquí donde relucen las faldas de la niebla,
donde la noche es lenta, su cuerpo helado
y me araña, impío, el órgano de la iglesia.
Qué miedo da esta noche de atmósferas de estaño,
aquí donde se esconden traqueteando las estrellas
por timbres lacerantes del soplo del espanto
y el caracol sin concha se arrastra por Siberia.
Aquí es donde me encuentro, aquí es donde me hallo,
aquí donde los cedros parecen hombres entre la niebla,
donde los hombres parecen barcos a la deriva,
donde se eriza la piel del caballo
con un violento escalofrío rojo.
Autor: Doblezero
Tributo al grandioso Lord Byron y su Darkness.