Dicen que hay personas de gatos y personas de perros.

A mi me gustan mucho los animales desde que tengo memoria Y yo siempre he dicho sobre mí que soy una persona de perros. Los peludos en cualquier forma, tamaño o color me encantan. Siempre que encuentro uno donde me paro, ellos parecen percibirlo también y no dudan en acercarse para un cariñoso mimo en las orejitas y a veces hasta algunos besos perrunos.

La historia con los gatos en cambio es distinta.
Por alguna razón nunca tuvimos en casa un gato como animal doméstico, en cambio tuvimos vecinos que si tenían muchos, pero tuvimos algunas malas experiencias las cuales me daban una mala impresión de ellos cuando era niña. Los gatos de la vecina un par de veces se comieron nuestros queridos periquitos australianos. Ahora entiendo que por ejemplo no es culpa del gato estar siempre en la calle porque su dueño no podía tenerlos en casa, por ejemplo.

Hace 3 años en la oficina donde trabajo empezamos a tener algunos ratoncitos, entonces la idea de mi compañera de trabajo (amante de los gatos confesa) fue en seguida traer un minino. No estuve 100% feliz, pero la apoye en la idea y nos embarcamos en la aventura de encontrar el gatito adecuado. Las dos acordamos casi de inmediato no comprar alguno, sino darle la oportunidad a uno sin hogar. A este punto, ya la actividad me estaba emocionando un poco mas.

Contactamos a una señora quien nos indico que tenía una gata esperando gatitos, entonces esperamos pacientemente alrededor de un mes, luego de haber que la gata había dado a luz a 5 cachorros para ir a buscar uno. Llegado el día acordado, fuimos al lugar y encontramos solo a dos gatitos en el lugar, todos estaban con su madre aun, pero al llegar nosotras no estaban en el sitio. Pero la señora nos dijo que estaba una muy amorosa, luego de conocerla nos encantó en el momento. La llamamos Gatitis.

Esta es Gatitis en su primer día en nuestra oficina.

Yo nunca había tenido un gato, así que la experiencia fue totalmente nueva en todos los sentidos.
La llevamos a un control médico y nos aseguramos de que estuviese sanita y también nos dedicamos a comprarle una camita, envases para la comidita , caja de arena y hasta un cascabel. Para la camita hice yo misma una almohadita.

Durante un año y medio descubrí a pesar de mis inquietudes e inseguridades acerca de los gatos, muchas veces tenerla cerca además de pelitos extras en la ropa también me daba alegrías.

Gatitis en su primera selfie en la oficina

Un año y medio después de su llegada, empezamos a notar que Gatitis ya no queria comer como antes, pensamos que no le gustaba el tipo de comida e intentamos darle algo mas. No funcionó, mientras tanto seguía bajando de peso.
Luego de un mes y una consulta veterinaria, con tristeza nos enteramos que padecía una enfermedad común en los gatos que era incurable y la recomendación médica fue darle una inyección para dormirla ya que había empezado a tener convulsiones muy fuertes.
Decidimos hacer lo mejor para ella y la dejamos ir.

Luego de un día, debo confesar que empecé a extrañarla. Ella sin importar la persona, nos daba una cálida bienvenida al llegar a nuestro sitio de trabajo.
Entonces ahí descubrí gracias a Gatitis que si me gustaban un poquito los gatos.