El año 1567 , apenas fundada Caracas, a esa zona céntrica se le llamó El Tartagal (debido a la gran cantidad de matas de tártago que había en la zona); la barriada que apenas abarcaba unas pocas cuadras, pero que para el tamaño de la Caracas de esa época era muy extensa, se encontraba a sólo unas 6 cuadras de la Plaza Bolívar y era una zona terrible, de una miseria y pobreza extrema y de alta peligrosidad. Los habitantes lo llamaban el barrio del vicio y decían que de noche no se podía entrar, pues allí se ocultaban los ladrones, gánsters y asesinos mas peligrosos de la época. Se sabe que en la zona habían unas 331 casas y 42 eran prostíbulos, 32 licorerías, 9 eran casas de hospedaje, 49 casas de vecindad y el resto casas de familias muy pobres.

Cuando se cumplían los 91 años de la Fundación de Caracas, el año 1658, una espantosa epidemia azotó a la Capital y la zona mas afectada, con mayor cantidad de muertos fue El Tartagal. En esa época era costumbre que cada vez que moría un habitante sonaran las campanas, sin embargo llegó un momento en el cual dejaron de sonar porque ya no había un alma viva que las tocara, había muertos en las casas y en las calles; fue un suceso escalofriante. Cuando del Cabildo mandaron a "inspeccionar" el barrio e informar su situación, el comentario fue:

27 días duró aquella epidemia que arrasó casi en su totalidad con los habitantes de "El Tartagal" y de las 8.000 personas que habitaban la capital, unas 2.000 murieron. Después de semejante tragedia, sobrevivir en esa zona resultaba algo muy doloroso, triste y hasta tétrico, sin embargo el barrio resurgió. A raíz de esa terrible epidemia el nombre de "El Tartagal" fue cambiado por "El Silencio". Con frecuencia se oían los comentarios de algunas personas que pasaban por el lugar:

Tristemente la zona siguió viviendo de dolor, miseria, enfermedades como la tuberculosis y enfermedades venéreas, vicio, bandalísmo, licor, apuestas y todo lo relacionado con el bajo mundo. Pasados 375 años de la Fundación de Caracas, el año 1942, el Presidente Isaias Medina Angarita toma la gran determinación de demoler todas las construcciones de "El Silencio" para re-urbanizarlo, finalmente "El Silencio" sería saneado.

Fueron construídos 7 Bloques y 2 Plazas, la hermosa Plaza O’Leary y la Plaza Miranda. En nuestro hermoso Valle de Caracas, éstos bloques lucían hermosos (cuando aún había pocas edificaciones ellos destacaban, lucían y embellecían la ciudad). Cada bloque tenía características distintas: El Bloque 1 es el más grande y principal, ubicado de manera privilegiada para observar la bella Plaza O’Leary ,los Bloques 2 y 3, nuestro majestuoso cerro Ávila y gran parte de la zona céntrica de la ciudad. Todos tienen hermosas columnas, las puertas señoriales para entrar al Bloque y sus arcos con aire colonial; las rejas originales (que no eran para seguridad sino parte del diseño) eran de hierro trabajadas artísticamente y ese era otro punto decorativo muy importante que le brindaba majestuosidad al conjunto; los pasamanos de las escaleras eran de una hermosa y gruesa madera y los pisos de granito de los pasillos internos y externos y de las escaleras brillaban, también tenían diseños y hasta parecía que tenían como lineas de bronce, daba la impresión que eran pulidos todos los días.

Todos los apartamentos tienen esos delgaditos y flotantes balcones (a mi me daba un poco de miedo asomarme al nuestro), sin embargo no en todos son del mismo tamaño, así como tampoco lo son los apartamentos. Nosotros vivíamos en el Bloque 5 letra "J" y ese apartamento era muy lindo y muy cómodo. Todos los Bloques tienen un patio o jardín interno, un parque infantil y en el nuestro además había una pequeña cancha donde se jugabamos baseboll. En la parte interior de los Bloques cada apartamento tiene una terraza techada donde se puede colocar cómodamente un pantry y muchas plantas y desde donde se observan los jardines y parques y las mamás pueden mirar en todo momento a los niños mientras juegan. El apartamento era largo, desde la terraza interna hasta el balconcito, con 3 habitaciones y sumamente fresco y claro, todo detalladamente planificado. Yo tuve la suerte de conocer varios apartamentos de otros Bloques y recuerdo que todos eran distintos y muy bellos. Definitivamente fueron pensados y diseñados para el buen vivir de las personas, donde no sólo se tenía comodidad sino también belleza para admirar y disfrutar. Todos los Bloques tienen aceras anchas y grandes corredores techados donde se encuentran los locales comerciales, de tal manera que si llueve siempre estarás resguardado.

Pasear por la Plaza Miranda en esa época daba gusto, estaba llena de arboles (no había el caos de hoy en día) y las personas que vivían en el Bloque 7 disfrutaban de ese verdor y de la tranquilidad que se respiraba en ese entonces, era como tener una pintura única frente a tu balcón; la Plaza O’Leary con la Fuente de "Las Toninas" de Narváez siempre fue un espectáculo, la combinación de la escultura con sus cuatro figuras femeninas, la luces y la caída del agua sobre aquellos cuerpos es una obra de arte para bordearla y disfrutar de cada detalle. Es una hermosa Plaza en medio de aquél conjunto para ser admirada desde cualquier ángulo.

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_{Plaza O’Leary con la Fuente de las Toninas de Francisco Narváez
FuenteFuente Fuente}

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Los Bloques de El Silencio y sus Plazas han sido pintados y restaurados en diversas ocasiones, pero falta mucho por hacer, es una urbanización que ha estado a punto de reincidir a aquella triste época del El Tartagal.

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_Fuente

_{Esta maravillosa obra ideada por Carlos Raúl Villanueva
es la primera gran obra de la arquitectura moderna venezolana
que se realizó en Caracas.
El año 1999 fue declarada Bien de interés cultural y el año 2005
(junto a otras zonas y edificaciones de la capital)
fue declarada Patrimonio Municipal de Caracas.}

Yo me siento privilegiada de haber vivido en los bloques de El Silencio,
los cuales son y serán por siempre un monumento historico de la ciudad.

Yo puedo decir orgullosamente: Yo viví allí!