Fuera de este mundo

La madrugada del 20 de febrero del año 2000 -mi cumpleaños número 10 por cierto- me despierta un sonido que venía del techo de mi casa. –Gatos- pensé y mientras bostezaba, me di media vuelta para abrazar a la almohada y continuar durmiendo. Pero aquel sonido comenzó a parecerse a pasos. Tenebroso desperté a mi hermano.

-Hay alguien sobre el techo- Le dije alarmado.

-Yo no escucho nada, duérmete – me contestó medio dormido.

-¡Enserio escucho pasos en el techo!

-Anda a ver, yo no me voy a levantar.

-¡Acompáñame!- le dije entre susurros con algo de vergüenza.

-¡No! Anda tú.

Me dispuse entonces a averiguar quién ocasionaba aquellos ruidos y mientras tanto iba pensando en el abandono de mi hermano. Pero llegué a la puerta trasera y noté como de la nada se asomó una criatura de un brillo verdoso, en este punto no sabía qué hacer, quedé petrificado. Lo observé detenidamente y me pareció increíble que no produjera ningún tipo de miedo.

-¿Quién eres? – pregunté.

-Soy Lur – respondió.

-Sabes hablar mi idioma – dije con asombro.

-De hecho se hablar 1000 idiomas.

-Wow! ¿1000 idiomas? No creo que existan tantos.

-Quizás en este planeta no, pero en el resto de la galaxia sí.

Hubo un silencio -¿Y vas a matarme?- pregunté al fin.

-No, quiero que vengas conmigo, vine a mostrarte cuán grande es el universo.

-Pero, no puedo dejar a mi hermano – dije con tristeza.

-Tranquilo, regresarás antes de que él despierte.

Lo seguí y me llevó a un portal que se encontraba en la parte trasera de la casa. Pensé que por ahí había cruzado hasta este mundo. Entré al portal e inmediatamente una columna de luz empezó a rodear mi cuerpo. Estiré mi brazo intentando tocar la luz con mis manos. Pequeñas criaturas parecidas a las libélulas reposaron tranquilamente sobre mi mano como si fuese su hogar.

-¿Qué son estos seres? – le pregunté a Lur.

-Son Figerts, son atraídos cuando sienten la tristeza. En tu mundo son invisibles.

-Pero, tampoco los había sentido.

-Tu raza no presta atención a lo que no pueden ver, se olvidan de sentir, suelen creer que algo no existe solo porque no lo miran.

-¿Ellos están en todos lados?

-Acaso luego de llorar, ¿no sientes que tus parpados se doblegan ante el sueño?

-Sí, me pasa todo el tiempo.

-Es la influencia de los Figerts, provocan un sueño profundo que te hace sentir mejor al despertar.

-Así que, ¿ya no estamos en la tierra?

-No. Ya salimos de ella.

-entonces, ellos sienten mi tristeza.

-Estas pensando en tu hermano, ¿cierto?

-Si, quisiera que pudiera ver todo esto.

Una luz aún más brillante cegó mis ojos. Al recobrar la visión, vi a todos los planetas girar alrededor del sol y vi también cómo un camino de luz y estrellas los mantenían juntos, girando en armonía.

-¿Ves la belleza de todo esto? – me preguntó Lur.

-Sí. Nunca imaginé ver todo desde estas alturas- contesté con asombro.

-Miles de cuerpos celestes, galaxias y elementos; se mueven y coexisten en perfecta armonía. Creando al universo que conocemos. Los humanos deberían aprender esto.

-¿Qué cosa?

-Coexistir.

-¿Qué tiene usted contra los humanos? -pregunté sin reservar mi enojo- ¿Para qué me trajo hasta acá?- aseveré.
Pero Lur continuó andando y yo no tuve más opción que seguirle el paso, hasta que llegamos a un camino de luz parecido a un puente. Entonces giré la mirada a la izquierda y vi pequeñas estrellas dirigirse hacia el final del camino.

-¿Qué hay al final de este puente? – pregunté.

-El origen. Donde todo se creó. Todo lo que conoces de tu mundo empezó aquí. Los seres vivos de tu planeta están creados de estas pequeñas estrellas. Las conocemos como Glims. Al morir cualquier ser vivo, las Glims dejan el cuerpo y regresan al origen.

-Entonces, ¿las Glims son el alma de los seres vivos?

-Es así, lo que ustedes conocen como el “almas” son las Glims.

-¡¿Quieres decir que mi abuela y mi perro están allí?!

-Al llegar al origen las Glims mueren, pero antes de morir, su luz es traspasada a otra. ¿Alguna vez has soñado con personas que nunca has conocido en esta vida?

-Si, una vez soñé con una linda muchacha. Sentía que la quería mucho, me regalaba dulces todas las noches, pero nunca la he visto, solo está en mis sueños ¿por qué?

-Cuando la luz de las Glims es traspasada a otra, a veces ciertos recuerdos significativos quedan plasmados en la energía de las nuevas Glims y el nuevo huésped aparte de recibir la nueva luz, también recibe esos recuerdos, a eso lo conocemos como adherencia de energía.

-Entonces, ¿a esa muchacha la conozco de otra vida?

-Así es. El motivo por el cual estas acá es porque creemos que tú puedes hacer la diferencia.

-¿Cómo dice? ¡¿Yo?!

-La Glims que llevas dentro de tu cuerpo es una de las más antiguas y su adherencia de energía es mayor que cualquier otra. Lo que te da una sabiduría milenaria.

-¡Pero solo tengo diez años! ¡¿Qué puedo hacer?!

-Eso lo averiguarás en el transcurso de tu vida.

Una luz impresionante cubrió mi cuerpo de nuevo. Al abrir los ojos estaba acostado en mi cama. –¿habrá sido un sueño? – pensé. Levanté mi mano y vi a un pequeño Figerts alejarse de ella. No había sido un sueño, ya no estaba triste, en ese momento sentí la mejor tranquilidad que jamás haya sentido ningún ser humano. Había cambiado, sonreí. Mi hermano despertó.

-¿Revisaste el techo? – me preguntó.
Lo mire sonriente.

-Si, pude revisarlo y no había nada.

Desde aquel encuentro tengo la facultad de ver a los Figerts, los míos y de quienes me rodean y a veces me pregunto

¿Veré a Lur de nuevo?

Si les gustó no olviden hacérmelo saber, ya saben, aumenta la autoestima y los ánimos para escribir de nuevo