Un cafecito simple con el presidente

Un día soñé que el ciudadano que heredó la presidencia de Venezuela andaba recorriendo los lares de mi comunidad. Y se detuvo en mi casa a pedir café.

No recuerdo si pasó y se lo tomó porque los sueños son de momentos fugases, pero hoy quiero invitarlo a pasar. ¡Ojo! Lo invito a mi casa del argumento. No es mi deseo que los mangos, huevos y tomates salgan de las neveras de mis vecinos y se aventuren por el aire para estrellarse contra su humanidad.

Señor Maduro, tendré la osadía de ofrecerle un café simple. El azúcar la estoy reservando a mis hermanos venezolanos que viven días amargos en sus casas porque no tienen dinero para comprar alimentos, ven sus hijos desnutridos y no saben cuál será el destino de la nación.

Siéntese, lo veo como cansado, me pregunto ¿está durmiendo bien? ¿Cuál es la causa de esas bolsas que observo debajo de sus ojos? Disculpe mi atrevimiento, pero me conmuevo por el dolor ajeno. ¿Usted me comprende? En estos días el dolor, el sufrimiento, la soledad, la incertidumbre y la muerte empañan el diario vivir de cientos de venezolanos. ¿Si comprende verdad?

Señor Maduro, usted tiene más años de experiencia que yo y conoce más de Venezuela. Quiero hacerle unas preguntas aprovechando esta sala íntima de la razón. ¿Por qué su gobierno insiste en dominar el intelecto de la gente con ideologías? Me gusta ser un ser pensante y libre, ese bombardeo de mensajes partidistas me cansa y me aburren. Usted sabe en el fondo, que todo es vacío, falso y hunde a la gente en la mediocridad. Señor Maduro ¿Por qué lo permite? Me puede responder.

Yo entiendo que las responsabilidades suyas son muchas y veo que usted atiende con predilección a los sectores golpeados por la pobreza. ¿por qué no nos inventamos algún plan para que la gente se desarrolle y descubra que tienen potenciales para convertirse en grandes empresarios, productores, exportadores, libres, inteligentes? Lo necesitan ¿Por qué hay tanta demora? Disculpe, pero yo veo como la gente de los sectores populares repite esos mensajes que ustedes sacan en sus producciones audiovisuales. ¿Somos qué? ¿Un muerto? ¡Ya está bueno!

Se lo digo porque me preocupa y me atrevo a expresar que está causando un grave daño a la colectividad. La gente no tiene comida, no tiene medicinas, no tiene educación, no tiene buenas condiciones de vida, pero, parecen que se conforman con lo que usted dice y les ofrece. Espero no aproveche esta ocasión para ofrecerme un bono, no se preocupe, trabajo y mucho. Perdone que sea tan sincera.

Escúcheme otra cosa, porque si no le digo esto estaré pecando por omisión: señor Maduro, tiene usted unos monstruos en sus sistemas comunicacionales, pero le digo, sus producciones en vez de educar, están esclavizando el comportamiento de la gente. Tiene a un grupo de profesionales haciendo algo malo, muy bien. Se preguntará ¿Cuál es mi argumento? Bueno, que me considero alguien libre -como un gran porcentaje de la gente en Venezuela- y eso de repetir consignas y enmarcar mi vida a un sistema político de color rojo me parece fuera de lugar, me parece absurdo y mediocre.

Le pregunto, ¿le gustaría que yo le impusiera mi ideología de rosas y mariposas? ¿Y que lo hiciera en los televisores de los buses que usted le pide a China y todas las televisoras y radios nacionales y regionales? Creo que no. ¿Quién va a frenar ese pecado social? Me atrevo a decir que este sistema ha destruido la humanidad de muchas personas y usted esta al mando. ¿Sabe que es arrepentirse y enmendar el mal?

Señor Maduro, lo veo bostezando ¿Quiere más café? Pero, ¿por qué se va? Mis amigos de steemit quieren preguntarle también.. Aguántese un tantito, chicos… ¿Qué le dirían?