Cuando te veía pasar el corazón me palpitaba,
las mariposas en mi abdomen volaban,
sentía un destello de luz que desde mi interior fluía,
simplemente con mirarte que feliz me hacía.
Con tu saludo vibraba y con tus palabras enloquecía,
y al sentir que no me correspondías, me decía,
debo hacerle sentir amor y alegría,
para que olvidara el pasado que la perseguía,
quería hacerle olvidar sus penas,
contagiándole mi amor, mi ilusión y mi alegría,
esa que tú misma encendías día a día,
tan solo con mirarte vida mía.
Me decían olvídala, que ella no te correspondía,
pero nada fácil me gusta, y lo difícil me excitaría,
a que luchara por alcanzar su amor,
tal como me lo propuse desde el primer día.
Insistí e insistí con gestos, detalles y simpatía,
hasta que al fin una oportunidad obtendría,
para conquistarle y hacerte mi esposa
esa es mi promesa, por el resto de mi vida,
cada día el amor crecía amándonos con pasión,
compartiendo a diario ese mismo amor,
que prometí dar desde el primer día.
Con dos lindos retoños nuestro Dios nos bendecía,
permitiéndonos estar juntos como prometimos un día
y con una hermosa familia que es la luz de mi vida,
gracias por compartir tu vida con la mía
sólo puedo decirte, te amo esposa mía.