"No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país" John F. Kennedy
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A muchos nos encanta citar a los grandes hombres de la humanidad; además, con frecuencia tomamos como referencia las cosas buenas de los países desarrollados. Por esa razón me permití comenzar este post con la frase pronunciada por el trigésimo quinto Presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy, el día de su investidura, el 20 Enero 1961. Sin lugar a dudas, uno de los grandes discursos de la historia de la humanidad.
¿Qué puedo hacer para ayudar a mi País a salir de la crisis?; ¿qué puedo hacer para mejorar mi vida, la de mi familia y la de mi entorno social?.
Estas son algunas de las preguntas recurrentes que personas valiosas se hacen, entre ellos muchos emprendedores, quienes al mismo tiempo, intentan hacer lo que humanamente pueden para contribuir y para mejorar. Esas personas tienen en común las ganas de triunfar, generalmente son innovadoras, luchan, siguen adelante, lo intentan una y otra vez, jamás se desaniman ni se rinden y viven esperanzados. Gente con fe, que desean un presente y un futuro mejor para todos, seres humanos saludables de cuerpo y de alma, con espíritu elevado, que buscan el bien común.
Lamentablemente, también existen los egoístas que no ven más allá de sus propios intereses y no les importa el bienestar de la mayoría. Otros que están presentes son los que se desaniman, los que no encuentran salida, los que mantienen serios conflictos emocionales, muchas veces reñidos con su propia autoestima, viven esperando soluciones mágicas o que algún día llegue un político mesiánico a solucionarle sus problemas y a mejorarlo todo.
¿Qué puedo hacer?
Son muchas las cosas que podemos hacer, pero primero hagamos cosas grandes y maravillosas por nosotros mismos como: respirar profundamente cada mañana, levantar las manos al cielo y dar gracias a Dios todos los día por la vida, estirar nuestro cuerpo, asearnos, mejorar nuestra apariencia física y la de nuestra casa, brindar alegría a los que nos rodean, elevar la autoestima, levantar la cara, sonreír, solidificar nuestra fe, ser feliz y emprender sin detenernos, aunque por ahora estemos confinados en nuestras casas, vivir agradecidos y esperanzados, enfocados en un mundo mejor y en un País libre, democrático, justo y próspero. Creamos firmemente que triunfaremos, que pronto coronaremos todas nuestras metas con los laureles del éxito.
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Afortunadamente es posible lograrlo porque la mayoría somos personas decentes, de buena voluntad, de cimentados principios e inquebrantables valores, respetuosos de las leyes de Dios y de la República, ciudadanos ejemplares y virtuosos que estamos dispuestos a darlo todo por salvar a nuestra amada Patria, Venezuela.
Autor:@marcosmilano71
Los invito a visitar mi blog titulado: De los Principios y Valores que quedaron atrás.