Soy odontólogo egresada de La Universidad del Zulia, en Venezuela. Ejercí mi profesión durante tres años y emigré a España hace más de año y medio. Todo este tiempo he estado esperando la homologación de mi título y superando los tiempos estipulados en la ley, sigo sin respuesta, por lo que me he visto obligada a trabajar en otras áreas.
Mi vida laboral en España ha sido en el área de la odontología, pero al principio como auxiliar y actualmente y durante la mayoría del tiempo, como recepcionista.
Sinceramente han sido procesos difíciles porque es estar tan cerca de lo que era mi lugar de trabajo, pero tan lejos de poder ocuparlo. Muchas veces se vuelve frustrante. Y esto no se trata de un asunto de humildad, sino del hecho de no poder hacer lo que amas hacer porque la burocracia es así y ya está.
Realmente he vivido experiencias muy duras. Como auxiliar fue patética mi experiencia. Nunca me habían tratado tan mal en la vida. Recuerdo que durante ése tiempo nada para mí tenía sabor y estaba entrando en una depresión. Todo se unía. Acababa de salir de mi país, acababa de casarme, estaba trabajando en algo nuevo, con gente nueva, en un lugar nuevo... Todos eran cambios y el mal ambiente en el trabajo no ayudaba.
Recuerdo las faltas de respeto, las humillaciones hasta que dije: ¡No más!
De ahí salí a un sitio donde todo era peor. No podía creer que existieran personas tan egoístas y mal educadas. Siempre entre ésos grupos, había personas amables que te ayudaban y te alentaban. Muchos no sabían que era odontólogo. Yo trataba de ocultarlo porque cuando algunos doctores se enteraban, decían de inmediato que no querían que su auxiliar fuera odontólogo. No sé si se trataba de inseguridades. El punto es que me quisieron hacer la vida imposible. Otros quisieron aprovechar mi título de manera ilegal para generarles ingresos a ellos, pero a mí pagarme muy poco, etc, etc... Fue entonces cuando decidí que quería intentar en el área administrativa.
Empecé a trabajar como Recepcionista en una de las clínicas dentales de una aseguradora muy reconocida. En este cargo he estado trabajando desde julio del 2016. He vivido situaciones muy duras, malos tratos y malos ratos, pero ahí he estado. Esperando la oportunidad de lograr algo mejor, pero he necesitado la estabilidad de un sueldo y un contrato fijo ya que han sido tiempos difíciles.
En medio de la búsqueda de otras opciones, surgió la idea de mudarnos de Madrid a Tenerife. Pensando en una mejor calidad de vida. Entre ésa idea, surgieron otras opciones. A mi esposo, quien también tiene una larga y dura historia que contar con respecto a sus trabajos y documentación, le ofrecieron trabajo como Director de una Academia de Inglés en el Sur de Tenerife. Él también es odontólogo y para mí, de los mejores que hay. Al llegar a Madrid perdió su pasaporte y tardó un año en llegar. Durante todo ése tiempo, trabajó como frutero, pintor, camarero, fregaplatos y otras cosas. Ahora tenía una buena oportunidad. Habla el inglés perfectamente y es un excelente profesor. Parecía un buena señal ésa oferta. Luego anuncia mi jefa en Madrid que se abren clínicas nuevas y ofrecen traslados. Una de ellas en Tenerife.
Llegué hace 4 días y alquilamos un piso Santa Cruz de Tenerife. Está vacío, sólo cocina, nevera y lavadora. Vivimos dificultades, pero queremos volverlo a intentar. Mañana es mi primer día en la nueva clínica, aún como recepcionista.
Confiamos en Dios que cosas buenas puedan pasar.
Si algo he aprendido de todo esto, es a valorar el trabajo de los demás. Cuando vuelva a ejercer la odontología, sé que será mejor que antes. Voy a valorar más mi trabajo y también el de los que me ayudan. Todo nos hace ser mejores.
Oro a Dios para que las cosas sean mejores y más pronto que tarde, veamos más oraciones contestadas.
Les iré contando cómo resulta todo.
Un saludo.
Imagen tomada de www.notimpacto.com