Como sacado de una Canción

in cervantes •  6 years ago 
Hace unos días, en mi entorno, ocurrió una situación irregular. Mis compañeros, quienes son como parte de mi familia, y yo, estábamos pasando por un momento caótico en nuestra área de estudio, el problema estaba en la comida. Ante ello y otras cosas más que estaban sucediendo en la vida de cada uno, nos apareció un profesor quien para mí es un sabio -le tengo mucha admiración-. Para poder englobar todo lo que él nos dijo quise hacer una historia corta llena de sentimiento, un toque de fantasía y obviamente realismo en cada expresión.

Esto es para ustedes, mi gente.

En el camino de la incertidumbre, siempre habrá un rayito de luz

Sé que suena romántica la cosa pero es muy cierto, aquí les traeré una pequeña historia donde la valentía y la esperanza prevalecerán y como siempre seguiremos luchando por lo que queremos. Porque somos soñadores.

Abril 1980 (lugar desconocido)

En esta época era extraño toparse con jóvenes que les gustara la investigación. Pero, siempre han existido las ovejas negras en cada familia, y es así como seis jóvenes se conocieron, esa idea en común que tenían de ser partícipes y ayudantes en una comunidad, el poder encontrar ciertos asuntos y lograr llegar a acuerdos para su posible solución. Estos jóvenes con cualidades y talentos diversos comenzaron un proyecto, el cual duraría aproximadamente 5 años o más, aprender sobre la sociedad en todos los ámbitos existentes. Fue una tarea muy difícil y compleja pero que con el pasar del tiempo fueron logrando. En ese camino tembloroso e incierto, más que aquel llamado vida, se toparon con un sinfín de circunstancias fatales, serpientes venenosas y cuervos saca ojos, se quedaron sin agua, sin luz, sin comida, sin ánimos y hasta sin fuerzas de seguir andando. Pero, como soñadores que eran, pensaron que todo aquello que los fue dañando ya había terminado, y no habría repetición. Hasta que aquella noche la tragedia se asomó, la comida se había acabado por completo, no tenían lo suficiente para cubrir los gastos de cada uno, esta vez la situación los tomo desprevenidos y sin vistas a poder solucionar. Empezaron a asustarse, entraron en pánico pues se habían quedado sin ideas y pensaban que ese sería el fin de sus vidas, escribieron cartas a sus familiares y seres queridos donde se despedían y hasta hicieron una fogata para recordar los buenos tiempos -eran un tanto dramáticos en esa época-.

En uno de esos momentos, cuando estaban abrazados con lágrimas en los ojos,-ojo son los reyes del drama- sin ninguna idea aparente, escuchan una voz que se acercaba como cantando algo. Mientras se va llegando la melodía, se empezaba a poner más bonita y se lograba entender un poco la letra... Tantas veces me borraron. Tantas desaparecí. A mi propio entierro fui sola y llorando... no era una voz angelical que les estuviera avisando su final, era una voz ronca que se estaba volviendo física con el acercamiento. Era un anciano cantando. Llego hasta ellos y les pregunto el porqué de su tristeza y desesperación. Ellos con la impotencia en un 10000% le dijeron lo que estaba sucediendo y agregaron el hecho de que nunca lograran cumplir su meta, y que todos ahora serán un simple recuerdo.

Aquel anciano siguió cantando... Tantas veces te mataron. Tantas resucitarás. Cuántas noches pasarás desesperando. Y a la hora del naufragio y a la de la oscuridad. Alguien te rescatará. Para ir cantando... ya terminada su interpretación los jóvenes le dicen que debería respetar el dolor ajeno o sino que se fuere de allí. El, al ver su intranquilidad y desesperanza les dio una canasta con algo de comida, y les dijo: la vida es una carrera de obstáculos no tanto de inteligencia sino más de resistencia, ustedes son jóvenes con mucha vida por delante, no se dejen vencer por las adversidades miren que nadie se ha muerto por ellas. Confío plenamente de que encontraran la manera de seguir.

Los jóvenes al escuchar esas palabras se quedaron mirando puesto que de cierto modo tenia razón, ellos se estaban ahogando en un vaso de agua, aunque suene seco e insensible, pero podían encontrar maneras para solucionarlo, todo esto lo lograrían juntos como la nueva familia que estaban construyendo donde todos eran ovejas del color que quieran. Después de unos minutos de reflexión le dijeron al anciano: tiene razón señor, creo que el cansancio nos consumió y es por ello que no logramos encontrar calma ante esta situación a la cual ya hemos enfrentado más de un millón de veces, le pedimos disculpas por haberlo tratado de esa manera tan desagradable.

El anciano solo les asintió con la cabeza, esbozó una sonrisa de ternura y siguió cantando... Cantando al sol como la cigarra. Después de un año bajo la tierra. Igual que sobreviviente. Que vuelve de la guerra... luego de que terminara, los jóvenes le preguntaron el origen de esa canción y por qué cuando apareció la estaba cantando, ellos pensaban que se las estaba dedicando. El anciano les dijo que dicha canción fue escrita hace unos cuantos años atrás en los 70's por María Elena Walsh, pero que a él le gustaba más la interpretación que le dio Mercedes Sosa. Dicha canción fue parte de una lista de "canciones de libertad" en esas épocas en la argentina puesto que estaban pasando momentos muy difíciles con respecto al liderazgo en su nación, esta, dio esperanza y fe a las personas por el simple hecho de tener esa palabra tan fuerte "desaparecer". Justo lo que ellos querían que ocurriera con todo lo malo que los estaba amenazando.

Al cabo de unos minutos, luego que los jóvenes comieran algo, después de varias horas sin nada, le dijeron al anciano que les enseñara esa canción puesto que ellos tenían una guitarra y podían hasta cantarla con melodía y todo. El anciano accedió y en unos cuantos minutos ya ellos estaban cantando de una forma sentimental puesto que muchas veces a ellos los han matado, los han traicionado, y aun así han renacido de las cenizas. En ese momento se dieron cuenta de que siempre han logrado enfrentar cualquier cosa que se les presente puesto que juntos son invencibles, aunque separados también tienen lo suyo. Ellos se tienen uno al otro para llegar a la meta anhelada.

El anciano se retiró sin hacer el mas mínimo ruido puesto que ya estaban con más tranquilidad, lo último que les dice, en voz baja, es: Suerte pequeños genios, fuerza ante todo, y, aunque venga lo que venga, siempre sean... como la cigarra.

Otoño.

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