Juancito quiere ser niña... en esta hipócrita sociedad.

in cervantes •  7 years ago 
Cuando hablamos de sexualidad, hablamos con hipocresía.

Ese encuentro maravilloso de nuestros cuerpos con el placer pleno, está lleno de regulaciones, feticherías (sic), pacaterías y todo tipo de estupideces mágico-religiosas que conducen nuestras psiquis a la infelicidad.

Los parámetros de la sociedad burguesa, las castraciones y las regulaciones religiosas, convirtieron una actividad sumamente normal, cotidiana e indispensable, en todo un conflicto que incluso, se relaciona con la noche, con luces apagadas, en un cuarto de puertas selladas y en la más profunda clandestinidad.


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Las víctimas mayores de la socialización religiosa del sexo fueron las mujeres. Por siglos se le impidió que disfrutaran de su sexualidad en forma abierta, plena, abundante y placentera. Fueron condenadas a ser objeto de los hombres que si tenían derecho de una sexualidad plena, abierta, abundante y placentera. Esa desigualdad, incluso, hoy en día persiste y una mujer multi-sexuada es considerada una “puta”, una cualquiera, alguien que no se respeta, en cambio un hombre multi-sexuado, es un don Juan, un Casanova, un mujeriego… un hombre de mundo.


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Muchos tratados y libros de sexualidad, estuvieron condenados a una visión judeo-cristiana del mundo y condenaron el placer, a las etiquetas sociales, a las estrictas normas de la conducta burguesa y a las mentiras. La enorme gama del placer humano se redujo a tres puntos inexistentes: heterosexualidad, como lo normal, bisexualidad, como lo exótico y oculto, y homosexualidad, como lo pecaminoso, lo horrible y lo digno de ser eliminado.

La homosexualidad, el disfrute de la sexualidad recreativa y no reproductiva que realizan los seres humanos del mismo sexo, desde que estaban en las cavernas, sigue siendo condenada por todas las sociedades de una manera u otra. Incluso, en las sociedades más abiertas, los ghettos “gays” siguen existiendo.


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Así como se persiguieron a los judíos en los campos de exterminios durante el nacismo, así mismo fueron llevados los homosexuales a los hornos crematorios marcados con un triángulo rosa y esa culpa, esa vergüenza de la humanidad, también ha sido cubierta, encubierta y recubierta por la hipocresía y quizás, más de uno piense que se lo merecían.

La pena de muerte para la homosexualidad aún persiste en muchos países, en otros es un delito que se paga con años de cárcel y multas. En nuestro lado del mundo: Jamaica, Guyana y Trinidad y Tobago, que arrastran la hipocresía del colonialismo inglés, siguen teniendo leyes anti-homosexuales.

El avance de las sociedades conservadoras después de la pandemia del VIH+ Sida, llamado inicialmente “cáncer gay” y el avance de los movimientos cristianos-evangélicos que son profundamente anti-homosexuales y condenatorios, están también deteriorando en la psiquis social, la aceptación plena de la diversidad sexual y eso incluye, los avances de las mujeres en sus libertades plenas.


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La seudociencia, con toda su hipocresía al servicio de los principios religiosos, colocó a la homosexualidad como una enfermedad curable, incluso, se sigue discutiendo si es un fenómeno moldeado socialmente, en etapas tempranas, por la “víctima”, porque nadie nace homosexual. El gen “gay” sigue encubierto en una multiplicidad numérica que confunde a los científicos, tanto, como no saber, por qué hay gente, una minoría, que desarrollaron más su hemisferio derecho del cerebro y son zurdos. Los zurdos fueron condenados en una época, y los que no eran diestros, eran siniestros.

La educación sexual no aborda amplia y libremente el conocimiento y la aceptación de los grupos sexodiversos. El común de gente considera “homosexual”, “gay” “marica”, a toda relación entre el mismo sexo y no es así. Por ejemplo, los travesti y los transgéneros no son homosexuales. Los homosexuales están contentos y felices con su género, son hombres y mujeres que se enamoran de hombres y mujeres. Un homosexual, no quiere ser mujer, disfruta ser hombre. ¡Qué existen las loquitas derrapadas, peluqueras, gritonas! Sí, es cierto, en todos los componentes humanos hay multiplicidad de conductas.

Los transgéneros, que son heterosexuales que nacen en cuerpos equivocados, son mucho más complejos porque su fin último es ser físicamente lo que no son, porque un hombre transgénero se siente emocionalmente y psíquicamente mujer desde temprana edad.

Estos fascinantes temas de la conducta humana aún tienen aristas para discutir. Seguramente los trataré en más de una oportunidad.

Es mi obligación como artista y psicólogo.

Cuando estudié 4to grado, en mi escuela se inscribió un niño muy amanerado llamado Juan. Fue despreciado por sus maestros y abusado libremente por sus compañeros. Juancito se suicidó y en mi consciencia siempre ha quedado como una culpa que no era mía.

A juancito, hace años, le escribí este poema:


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Juancito corrió al revés en el juego de pelota,
terminó saltando alegre con las cheerleaders cabezas locas.

Juancito,
en la barbería,
rodeado de caballeros malas caras,
en lugar de pedir un corte francés tipo militar de machos estandarizados,
ha solicitado un moño clásico con flores,
rodeado de lentejuelas y una corona de muchos colores.

Juancito,
se perturba de tantos gritos de borrachos descerebrados,
una pelota ha entrado en una canasta enorme y todos gritan: ¡gooool!
¿qué hacen tanto hombrecitos corriendo en un campo que bien pudiera estar cubierto de flores?
¿qué hace toda esa gente apiñadas en graderías asfixiantes,
cuando pudieran estar bailando en las calles la música sosa del grupo ABBA?
¿será por eso que hay tanto culto a las batallas?
¿será por eso que hay tanto conflictos en el amor?

Los padres de juancito están angustiados,
lo han llevado a psicólogos, antropólogos, politólogos, tarotistas, juristas, sexólogos, exorcistas y un experto en naves interestelares,
todos concluyen en un solo diagnóstico,
juancito solo tiene un problema,
nació en un cuerpo equivocado.

La sociedad lo juzgará,
los religiosos pedirán que lo quemen en la hoguera,
las leyes se perderán en su ignorancia,
sus amigos le darán la espalda,
sus maestros lo rechazarán,
será la vergüenza de toda la familia,
pero juancito,
tiene derecho a ser feliz,
tiene derecho a ser ella.

RUBÉN DARÍO GIL

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Wow! tremendo post. Me has dejado pensando en Juancito y siento lo mismo que tu, eso pasaba y pasa mucho en los colegios. Lamentablemente :-(

Gracias por tu comentario oportuno, sí, los juancitos de las escuelas sufren la ignorancia y la intolerancia de maestros y compañeros.

Voté por aquí pero escribiré mi comentario por Semana lectora 4, gracias a la cual llegué hasta tu post.

Leído, está genial. Te comento más en la semana lectora.

Encontre tu post a traves de la semana lectora de @salvao. Tienes mi upvote, te dejo el comentario por el otro lado.

Muy buen poema, que mal que Juancito se haya suicidado.

Los paradigmas cambian, algunos más rápidos que otro. LLegará el momento que encuentren su espacio.

Estimado @rubendariogil, nunca había leído un post tuyo. Debo decirte que he quedado favorablemente impactada por la fuerza de tus palabras y por la sensibilidad que demuestras.
Sé que las personas diversosexuales no necesitan compasión, porque la sexualidad no debería padecerse, nunca; ni, por tanto, necesitar compasión. Pero sí la necesitan los que sufren discriminación. Y no necesitan una compasión hipócrita, sino una compasión efectiva, que se expresa bien en tu defensa valiente de los derechos de los demás a ser lo que son.
Negar el derecho a ser es decretar una muerte lenta del otro, es un acto de impiedad.
Habremos avanzado cuando tratemos a los demás como personas, sin mirar primero sus diferencias.
Expreso esta opinión porque creo que tu post tiene, además, otro valor: el de solicitar implícitamente que revisemos nuestras posturas al respecto. La reflexión es una práctica sana.
El poema que escribiste a Juan es dolorosamente hermoso. Inperfecto en su forma, pero poderoso.
Gracias.

Te agradezco profundamente tus palabras sobre mi post, pero más que agradezco tu sensibilidad, respeto y tolerancia por esos seres humanos que se sienten distintos y deben de tener los mismos derechos como ciudadanos y como hijos de Dios.

Abordas temas, que aun a estas alturas de la especie humana, se le llama tema "tabú". Este es un interesante post, que de verdad me gustaría dar una opinión más elaborada pero no quisiera tocar sensibilidades. La razón que te acompaña en este post, es tan poderosa que crea una fuerte sensación de ira, ante tantas personas que: acusan, desprecian, atacan, amenazan, maldicen, escupen, dan veredictos como jueces en un juzgado mediocre tomándose atribuciones como si fuesen seres supremos movidos, en muchos casos, por conceptos religiosos, a personas que, como un músico quiere y ama ser músico o un poeta ama ser poeta; Son personas que aman ser quienes son (y claro como colocas en el post: tomando en cuenta que en todos los componentes humanos hay multiplicidad de conductas). Así como libertad sexual de la mujer ha sido desde hace muchos siglos, sometidas al dominio del hombre, la diversidad de géneros, esta aun, fuertemente cuestionada. @rubendariogil gracias por tu post