C2. Vencimiento
Un día ese gran hombre, guerrero de las calles, del asfalto, de la ciudad sin ley, cayó derrotado, pero su enemigo no fue el que cualquiera hubiera imaginado, a Nibelum era difícil herirlo, pero ese día llegó.
La derrota fue dura para todo su séquito, nunca había existido una sola persona que hubiera querido dañarlo, pero a veces en la vida ocurren cosas inesperadas y ese gran guerrero cayó bajo una larga enfermedad que lo sumió en la más profunda oscuridad que jamás habría conocido, le robaron todo el amor que antes emanaba, así que ahora era incapaz de dar lo que a él le habían robado.
En su glorioso pasado había sido capaz de cosas extraordinarias, como de convertir toda la oscuridad en luz, la luz en ideas y que esas ideas hiciesen felices a los suyos.
Su enfermedad lo fue consumiendo poco a poco hasta el punto de convertirse en un ser débil, marchito, asustado y fuera de sí.
Su mente dejó de funcionar como antes lo había hecho, había perdido la chispa de la vida y fue incapaz de volver a la batalla en el más duro de todos los escenarios, la jungla de cemento. Ahora se encontraba atrapado por su mente, no podía dar más de sí, se sentía cansado y cercano al abismo.
¿Dónde estaba esa sana locura que lo mantenía pegado a este, nuestro mundo, y que ahora nadie era capaz de vislumbrar?
Su locura se había transformado, había mutado hacia otra cosa, en algo que lo ahogaba, que lo separaba de la realidad y lo sumía en su propio infierno en la tierra.
Mil guerreros no habrían podido con él, pero una sola palabra dañó su gran tesoro, lo que lo había hecho fuerte, lo que todos habían respetado en él, su corazón. Ahora éste se encontraba mustio, triste, carente de vida, demente y cercano a lo que nadie esperaba en un gran guerrero como él.
A pesar de su enfermedad la gente que lo conocía seguía viendo en él un gran guerrero y confiaba en que su lucha llegaría a derrotar lo que asolaba su mente, saldría de ese oscuro agujero y volvería a ganar mil batallas contra cualquier enemigo que por delante de él pasara cuan bestia impía y curtida a base de dobleces de los guerreros mas ancestrales.
C3. Luz infinita
La maldita oscuridad ganaba poco a poco la batalla a la luz que siempre lo iluminó, una fuerte luz que lo hizo un ser especial para muchos y que iba desapareciendo con el paso de los días.
Aunque ser desconocido, su huella en la tierra quedará por eones, más profunda que la de otros muchos y su energía vital lucirá por siempre en el espacio profundo, viajando a velocidades nunca alcanzadas por ningún mortal y contagiará con ella toda la galaxia formando parte del polvo de estrellas de nuestro futuro universo.
Pase lo que pase él siempre ganará la batalla a cualquier enemigo, sea físico o de nuestras mentes, ya que su luz formará siempre parte de todos nosotros y nos dará calor en todo momento, somos seres de luz y como tal viajamos a donde la imaginación nos lleve y a donde Nibelum nos pueda imaginar en su "loca" mente terrenal...
Muy buena historia. Gracias por compartir con nuestra comunidad.
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good
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