Saludos cordiales amigos queridos steemians, continuando con la entrega de mi más reciente producción literaria, les presento el capítulo numero catorce, de la historia romántica “Un estuche nuevo para el amor”. Espero sigan disfrutando de los pormenores de esta singular historia.
Las visitas de Marlon a la casa de Linda se han vuelto concurrentes y formales. La madre de Linda, Doña Eloína y su hijo José Leonardo, intentan acostumbrarse al nuevo miembro de su hogar. Marlon les agrada, pero mantienen cierta distancia y reserva, por los tantos fracasos que su querida linda ha padecido, en su deseo de hacerse de una pareja estable.
Ya se han vuelto costumbre los encuentros en la mesa y comienzan a dar sus primeros pasos, en dormir una que otra noche juntos, a petición de Linda que ya la presencia de Marlon se ha vuelto imprescindible.
Entre besos fervorosos y nutridos abrazos, en pro de la despedida habitual, se entregan a los mimos en un obscuro rincón que da a la puerta de entrada de la casa, los cuerpos cálidos de los enamorados, aumentan progresivamente su calor, por el roce de los mismos, que inevitablemente se juntan como un par de imanes atrayentes, fulgurantes de pasión, atizada por el magnetismo que los une entre sí sin que puedan resistirse.
Linda, adormecida como si estuviera bajo los efectos de un poderoso sedante por el deseo que la embriaga, le susurra a Marlon con su suave voz al oído:
_ Quédate amor, no te vayas hoy.- Marlon, no se hace de rogar y la conduce hacia su habitación, ingresando por la puerta trasera, a través de un compartimento de la casa, que da directo a la habitación de Linda para no incomodar a su madre y su chico adolescente.
Les acompaña una procesión de besos apresurados, avivando los brasas de sus cuerpos ardientes y sudados, que dan paso a un proceso de ebullición haciendo hervir la pasión entre fulgurantes caricias, crepitando como dos leños encendidos en medio de sus manos.
Linda implora a su cazador, entre susurros. _ No me hagas esperar… arqueando su ondulante figura entre sus brazos, y éste la deja caer plácidamente sobre un sofá modular, que los invita a abandonarse al placer, sin reparar en límites, y se dejan llevar por nuevos senderos jamás explorados por ninguno de ellos.
Entre caricias, e intensos besos apasionados, Marlon baja suavemente el cierre de la falda de linda, mientras Linda ardiente de deseo, desabotona la camisa de Marlon con urgente frenesí, gesto que les sube la adrenalina a los amantes. Marlon pone de espaldas a Linda tomándola por las caderas, mientras besa su cuello, desciende lentamente por su espalda, glúteos y el contorno de sus piernas; hasta llegar a sus pies repitiendo el mismo rito desde abajo hacia arriba, pero esta vez, Linda se encuentra al mando.
Linda se deja llevar por este acto de amor que Marlon le entrega, él no se cansa de contemplar su hermoso cuerpo, mientras lo lame, luego levanta la mirada y ve que Linda tiene colgado en una de las paredes de la habitación, una serie de accesorios de cuero, prensados con aros de acero, con fines puramente decorativos.
Pero a Marlon se le ocurre darle un uso más funcional. Hace un paréntesis y se detiene para tomar uno de los accesorios, y se le ocurre que pudieran incorporarlos en un juego erótico, a fin de darle un toque picante a su ritual de sexualidad. Quiere ser especial, innovador, único, por primera vez quiere esmerarse, y de ahora en adelante se propone a hacer las cosas bien. No quiere simplemente sexo rápido y orgásmico, quiere un sexo pleno, inteligente, combinado con el sentimiento y las plenas experiencias sensoriales.
Toma posesión de uno de los accesorios, que consiste en una especie de bridas de cuero no labrado, Linda yace completamente desnuda, sobre el cómodo sofá modular, delirando por el deseo de ser poseída por su varón, quien se le acerca libidinoso pero mesurado y arrogante, porque quiere saborear cada segmento de su cuerpo sin prisa, pero sin pausa e ilimitadamente. Linda con una sonrisa de picardía le hace saber que acepta el reto.
_ Vaya cariño, me encantan tus provocaciones que en encuentros pasados no me las dejaste ver.
_ Oh cariño, olvidemos el pasado, porque el presente que te ofrezco no tiene competencia.- Se le acerca besando su cuello y le susurra suavemente al oído._ hoy es un nuevo comienzo para los dos.
_ Gracias cariño, muéstrame lo que tienes para mí. _ Jadea Linda con los ojos medio dormidos por el éxtasis.
Marlon se posa sobre ella desnudo, fundiéndose con pechos y caderas, que se alinean en la perfección de sus curvas naturales. Marlon posesionado con las bridas en una de sus manos, voltea boca abajo a Linda. Cauteloso y delicado, se permite ver extasiado, la preciosa forma de sus glúteos, que asemejan dos turgentes montículos, a los que les profiere suaves latigazos detonando su excitación al unísono, en una mescolanza de dulce placer y dolor.
Linda expresa suaves gemidos de placer mientras Marlon repite la acción, intercambiando el juego de roles, en los que estimulan mutuamente, cada zona erógena de su cuerpo.
Sus pieles arden y se enrojecen, ante el estímulo de los azotes, lo que les provoca un bizarro placer, aderezado con el pimentero del dolor, que los obliga a refugiarse en el túnel cóncavo de su reservorio seminal, allí retozan reposados, bañándose en sus tibias aguas, hasta agonizar jadeantes en el imperio de los orgasmos.
Marlon termina jadeante y extasiado. Por primera vez, en toda su vida de amante, jamás disfrutó una relación sexual en toda su plenitud, como lo hizo ahora. Ni siquiera fue capaz de saborearlo en sus mejores años de amores con Carola.
Al vivir la reciente la experiencia, Marlon siente un especial entusiasmo por el amor y el erotismo, se interesa en aprender más profundamente sobre el arte de amar, y todo lo que tenga que ver con ese panteísmo sexual del que tiene mucho que aprender.
Por su parte Linda, se abre a una vez más hacia una nueva oportunidad de amar y ser amada, quedó fascinada con las innovaciones que Marlon le mostró en la cama, y quiere más de ese universo sensorial, hasta ahora poco explorado por ella. No deja de sentir temor, por lo que quiere ir lenta y segura en este nuevo país de sensaciones.
Desde el lecho amoroso, luego del extasiado festín, ella le expresa sus temores e inseguridades.
_ Creo en ti Marlon, pero no dejo de preocuparme ante la posibilidad de que Carola despierte del coma ¿Qué pasará con lo nuestro?, si ella despierta, ¿volverás con ella?
_ No creas que no he pensado en ello cariño, en mi cabeza bullen muchos pensamientos, trazando varias posibilidades, incluyendo si se llegase a presentarse el milagro del despertar de Carola, sería maravilloso y me haría inmensamente feliz, no sólo por el hecho de que tendrá la posibilidad de una vida normal, sino porque le devolvería la alegría a mis hijos y a la abuela suegra, que han vivido muchos momentos de congoja, a causa de su ausencia durante todos estos años.
Linda se inquieta un poco, lo mira a los ojos, luego baja la cabeza, para preguntarle lo que tanto le preocupa.
_ Entonces, si eso ocurre, ¿me dejarás?
_ No me dejaste terminar cielo, yo, continuaría brindándole mi apoyo incondicional a mi amadísima esposa, por ser la madre de mis hijos, por lo mucho que la amé y por la deuda moral que tengo con ella, pues, no dejo de sentirme responsable por el terrible accidente que la dejó muerta en vida.
Linda lo mira confundida, sin lograr despejar su duda, por lo que no lo interrumpe a ver si en sus próximas palabras, encuentra la respuesta.
_ Mira cariño, amo a Carola por las razones que ya te expliqué, pero no con el amor de los primeros años cuando nos casamos e iniciamos una vida juntos, la amo con dolor, con tristeza, con culpa, con hermandad y solidaridad.
_ Y a ti, a ti, linda mujer, estoy aprendiendo a amarte, con ese amor de los primeros años, llenos de ternura, de desbordante pasión, con la frescura de un amor renovado, pero con la madurez de la experiencia que me ha dado el dolor y la dureza de las pruebas, que me han dado la grandiosa oportunidad de rectificar sobre los errores del pasado, y comenzar de nuevo para hacerlo mejor.
_ Oh Mi amor._ Exclama Linda emocionada.
_ Y ese nuevo comienzo quiero hacerlo a tu lado mi amor, si me lo permites, prometo poner lo mejor de mí, sé que somos un viejo amor, que en el pasado no pudimos consolidar nuestra unión, pero seguimos siendo los mismos, sólo que con nuestros estuches más viejos y gastados, pero que podemos renovarlo con la fuerza de este amor que nos une desde mucho tiempo atrás, y que hoy, nos acompaña con mayor solidez y firmeza.
Linda se siente tan afortunada de aparecer de nuevo en la vida de Marlon, y le hace ver, que como él, ella está dispuesta a que luchen juntos. Lo anima a trabajar duro en la reconstrucción y evolución de ese viejo amor, para renovarlo, enaltecerlo y elevarlo a una nueva octava superior de amor consciente y verdadero.